Los beneficios de andar descalzo
por Christian Moscoso A.
Gore-Tex, PrimaLoft, Pluma o sintético. No hay dudas en los beneficios de cubrir nuestra piel con diferentes capas protectoras y así protegernos de las inclemencias del clima y la abración de ciertas superficies. 1, 2 y hasta 3 o 4 capas separan el organo más grande de nuestro cuerpo de los factores ambientales y son un filtro entre nosotros y el ambiente.
El calzado, por su parte, ha evolucionado de manera de entregarnos diferentes prestaciones: protección, adherencia, abrigo, etc. Hoy en día es inpensable realizar nuestras actividades cotidianas sin algún tipo de zapato que cubra nuestros pies.
Sin embargo, antigüamente, todos los aspectos de la vida estaban relacionados con los elementos y el contacto con ellos resultaba primordial. La tierra, el aire y el agua eran consideradas fuentes de bienestar, de las cuales el ser humano podía captar energía vital.
En los últimos años, tradiciones ancestrales como el andar descalzo han ganado interés por la ciencia y la comunidad médica quienes han prestado atención a lo que culturas como la China han recopilado en su medicina tradicional a lo largo de la historia, aceptando los beneficios que existe entre la interacción del hombre y las energias de su entorno.
Acostumbrados a estar en contacto directo con la roca, no nos es dificil entender los efectos que esta superficie tiene en nosotros. Sin embargo, ¿tendrá un efecto directo en nuestra salud? ¿podemos beneficiarnos de esta relación directa con las diferentes superficies?
La tradición China del Qi: esencia de todas las criaturas vivientes
El Qi de la Tierra emana a través de sus campos magnéticos y cada ser viviente posee, a su vez, sus propios campos de energía. El andar descalzo permite aumentar la capacidad de cualquier animal de entrar en contacto con la energía Qi de la tierra.
Muchas disciplinas que buscan equilibrar el vínculo Cuerpo-Mente recomiendan su práctica de manera descalza, aumentando el intercambio energético entre el practicante y su entorno. Incluso algunas danzas rituales deben ser realizadas de esta forma con el objeto de entrar en sincronía con la Tierra.
Para los Chinos el andar descalzo implica crear un raiz que permita crear un lazo entre el cuerpo y la tierra. Esto se genera a través de lo que denominan el punto «Yong Quan» o «Kidney 1» ubicado en la planta del pié.
Trastornos por falta de naturaleza
En los últimos años se ha avanzado mucho en analizar científicamente teorías como la propuesta por el libro «Earthing: el más importante descubrimiento sobre la salud» que sostiene que muchos de los males modernos pueden mitigarse conectándonos literalmente a la tierra.
Ahorrandoles leer el libro, la teoría que intenta exponer se centra en que el envejecimiento se asocia en parte a la acumulación de radicales libres, que se liberan en todos nuestros procesos fisiológicos. Un radical libre es una molécula que ha perdido un electrón, lo que le otorgo una carga positiva y la vuelve inestable. Esta molécula inestable no se detendrá hasta recuperar el electrón negativo que le falta, el cual terminará robando de células de nuestro cuerpo, generando daño celular y con el tiempo deterioro físico. Los famosos antioxidantes ejercen su magia curativa donando electrones a estos radicales libres, neutralizándolos y evitando que sigan dañando nuestras células. ¿Y qué tiene que ver todo esto con “conectarse” a la tierra? Pues que da la casualidad de que la tierra tiene una carga negativa sobre su superficie y que, por lo tanto, es fuente inagotable de electrones que absorbemos a través del contacto directo con ella, ayudándonos a neutralizar los radicales libres.
Ad portas de un fin de semana largo en el que muchos pasarán estos días en un entorno natural, aprovechen de caminar descalzos y reconectarse con la energía del planeta. Los beneficios no sólo son energéticos, sino que también a nivel musculatorio.