Británicos hacen cumbre en el Everest en sólo cinco días utilizando gas xenón

Era un tema del que te contamos hace un par de meses, y que el día miércoles de la semana vio su resolución. Lukas Furtenbach -guía austriaco con vasta experiencia en el Everest- puso con éxito a cuatro clientes en el techo del mundo, en cinco días y sin aclimatar en el campamento base. La clave: un gas inerte al que las autoridades nepalíes ya pusieron el ojo encima.

 

El miércoles 21 de mayo, cuatro ex-soldados británicos escalaron el Everest (8,848 metros) en solo cinco días, sin aclimatar una sola jornada en el bullicioso y ajetreado campamento base de la montaña. Junto a su guía, Lukas Furtenbach, lograron lo que generalmente toma meses en unas cuantas jornadas de trabajo duro. Partieron desde Londres el viernes 16, y cinco días después estaban en la codiciada cumbre.

 

Aunque no es el ascenso más rápido (ese récord le corresponde al nepalí Lhakpa Gelu Sherpa, quien lo logró con 10 horas y 56 minutos), el ascenso de Furtenbach y los británicos sí es uno de los más rápidos que se han visto.

 

A diferencia de Lhakpa Gelu Sherpa, el equipo Furtenbach no debió pasar tiempo aclimatando en el campo base de la montaña, lo que hasta hace algunos días parecía ser la meta-estrategia para enfrentarse a la falta de oxígeno; tanto los que suben con botellas de oxígeno como los que suben sin asistencia han -hasta la semana pasada- aclimatado progresivamente para poder moverse de forma segura entre el rarificado aire del Everest. Con el éxito en la empresa de Furtenbach, esto tiene el potencial de cambiar.

 

El método utilizado por Furtenbach Expeditions para lograr la misión involucró la inhalación de xenon en Alemania dos semanas antes de partir a Nepal -un gas que propicia la producción de eritropoyetina en los riñones y que lleva a una mayor presencia de glóbulos rojos en la sangre.

 

Aun cuando pasaron por alto la etapa de aclimatación a la altura, Furtenbach aclaró que “el equipo realizó un programa de aclimatación de tres meses en altitud simulada” como parte de su preparación para el pegue.

 

“La única razón de por qué estamos trabajando con xenón es para hacer la escalada más segura, para proteger a los escaladores del mal de altura”, señaló Furtenbach a Associated Press, tras haber concretado una expedición que tiene el potencial para cambiar la forma de moverse en las grandes alturas, y por ende, una industria de millones de dólares -de la que países enteros como Nepal saca una tajada directa temporada tras temporada.

 

Por su parte, El Ministerio de Cultura, Turismo y Aviación Civil de Nepal publicó una nota de prensa señalando que “ha tomado nota de los informes de prensa sobre el uso de gas xenón por parte de escaladores durante su ascenso al Monte Everest. Actualmente estamos colaborando con los líderes y miembros del equipo de expedición, así como con las agencias asociadas, para recopilar información detallada y realizar un estudio y análisis exhaustivo de este asunto”.

 

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