Radiografía de la Región de Coquimbo por Sofía Fernández
El invierno ya está aquí y los fanáticos de la escalada están buscando las mejores opciones para salir a vacacionar y apretar “como monos”. Entre los diversos destinos posibles en estas vacaciones, la 4ta región de nuestro país presenta varios atractivos y un interesante desarrollo de zonas dedicadas al búlder y la escalada deportiva.
Sofía Fernández, atleta miembro de la familia Escalando, nos presenta algunas de las bondades que la Región de Coquimbo, ofrece para la escalada y nos extiende una cordial invitación a conocer lo que han desarrollado los locales de su natal 4ta región.
Bondad #1: pegues a la orilla del mar
No existe sensación más gratificante que despertar tipo 8 de la mañana sin más ruido que el del mar, para salir a tomar desayuno a la playa antes de lijarte las manos en los búlders de la zona. Escuchar las olas rompiendo en las rocas mientras se escala, sentir el olor a la brisa marina fresca, antes de dar un pegue a muerte ¿Qué mejor atractivo que ese? Y sí, es demasiado romántica mi descripción, pero pienso que no hay mejor lugar para resetear la mente del estrés, que combinar la roquita para escalar con la energía sanadora del mar.
Bondad #2: zonas de búlder
Uno de mis «imperdibles» en la IV región es Zona Golden, un clásico ubicado en Totoralillo. Por su parte, el Fuerte de Coquimbo (Monsters) combina rutas cortas y duras junto a varios búlders para escalar pero, en general, ningún sector costero de escalada bulderera va a decepcionar, ya que todos tienen su propia magia y rocas con formas y pasos particulares que es imposible aburrirse.
Bondad #3: rutas
Hace poco me motivé con la ruta y tengo que decir que me obsesioné con Los Loros 1 y 2, ubicados en el sector Río Hurtado. La última zona que nombré es de ruta y tiene un par de paredes preciosas. Los Loros 1 posee una roca que parece queso y que es muy divertida para escalar.
**Además, puedes visitar la zona de Chacay, en el grandioso Valle del Elqui.
Bondad #4: desarrollo de habilidades
Creo que pasar mis veranos escalando los búlders de la IV región ha sido una ventaja para desarrollar fuerza. Por mi parte, tengo la roquita al lado de la casa de mis papás. Esa ha sido una gran comodidad para sumar progreso, pero el progreso se construye en base a constancia y si no escalara constantemente, no serviría de nada vivir cerca de la roca. Sin embargo, el búlder no te prepara para el alto rendimiento. Es necesario mezclarlo con descansos, metas, cardio y dieta balanceada. Todo ello, definitivamente, deriva en progresos rápidos que se reflejan en las competencias. De todas maneras es importante tener cuidado porque es un arma de doble filo. Se puede progresar tan rápido como te puedes lesionar, si no descansas lo necesario. El búlder requiere fuerza y potencia, uno no puede pretender escalar fuerte todos los días de la semana y salir ileso.
** Si vas a pasar muchos días en alguna zona de búlder, ¡recuerda el descanso!
Bondad #5: flora y fauna
La IV región es un lugar que combina mucha flora y fauna muy diversa, así que mi propuesta para cualquier escalador sería que, independiente de si es fanático de la ruta o del búlder, visite algún sector en el Valle y luego haga el trabajo comparativo dirigiéndose a escalar hacia la costa. Es bellísimo. Durante estos meses se debe tener cuidado con la humedad, especialmente, a la orilla del mar. A veces, es preferible no escalar tan temprano para no encontrarse con la roca mojada a causa del rocío. Más allá de eso, escalar los sectores de la Región de Coquimbo es y será puro disfrute.
Sofía Fernández conoció la escalada hace cuatro años y medio, por la curiosidad que le llevó a experimentar este deporte en el gimnasio Tornamesa Centro de Escalada de Valparaíso, región en la cual estudia la carrera de Traducción Inglés-Español. Desde ese momento, no dejó de escalar. En el verano del 2013 conoció todos los spots mencionados anteriormente, y que hasta el momento, después de toda una vida viviendo en La Serena, le eran desconocidos.
Cuando comenzó el año académico y debió regresar a la Valparaíso tuvo un accidente: “me quebré el talón (en varias partes) el primer día de clases de ese año. Diagnóstico: Dejar de escalar por 1 año. Me operaron 2 veces y terminé congelando la universidad y con sesiones de kinesiología para volver a caminar durante el 2013 y, mismo proceso, durante el 2014, luego de la segunda operación”.
Sin embargo, ese hecho le dio un impulso para fortalecer su carrera deportiva: “No sé exactamente porqué, pero todo el proceso me motivó mucho más a continuar escalando y fortalecer mi cuerpo. Pasé de querer escalar para sentir emoción y adrenalina, a escalar para llegar a ese estado en el cual uno logra callar la mente, porque es cuando más vivo el presente y me enfoco en la tarea que estoy realizando”, señala. Ese proceso cambió para siempre su forma de enfrentarse a la escalada, y la llevó a amar aún más los búlder y alejarse de las rutas. Más, este año ha retomado esa motivación y ya está nuevamente equipando rutas.
Hoy en día se perfila como una fuerte escaladora, anotándose en los circuitos de competencia. “Mis motivaciones son obtener buenos resultados en el próximo Master, en los nacionales y en la Copa de Clubes y el encadene de algunos proyectos que tengo en mente con una amiga, Maca León, en las rutas del desplome en Las Chilcas”, y una gran deportista, líder de la comunidad nacional.