Accidente en Cochamó

Dos escaladores acaban de vivir una experiencia que demostró la importancia que tiene mantenerse instruido en el manejo de las emergencias para realizar la actividad que más les apasiona: subir grandes paredes.
Realizar deportes como lo es la escalada y el montañismo en hermosos lugares que suelen estar alejados de la ciudad, conlleva un gran riesgo para sus practicantes. Si no se toman las medidas necesarias, si no estamos totalmente alertas y sucede algo inesperado, de un segundo a otro los resultados pueden ser realmente serios. Por lo mismo, es importante siempre estar preparados para todo y tomar las precauciones necesarias para mantenerse sanos y salvos. Esto implica entender y manejarnos en el medio en que nos movemos y saber cómo reaccionar en caso de tener un accidente.
Claro ejemplo de esta situación es el que nos cuentan José Manuel Bustos y Nicolás Cáceres, quienes atravesaron recientemente por esta situación, cuando se encontraban realizando el quinto largo de la ruta “Bienvenido a mi Insomnio” en Cochamó. Quisieron compartir su experiencia con nosotros para exponer la importancia de manejar estos conocimientos.
Te invitamos a revisar su relato en palabras de José:
“Les escribo para contarles lo que sucedió hace unos días. Con Nico quedamos de acuerdo en juntarnos en Cochamó para escalar. Llegué el sábado a La Junta, nos encontramos ahí y luego de descansar un poco, subimos a la base de la pared del cerro Trinidad, para escalar la ruta “Bienvenido a mi insomnio” 5.11-. Al día siguiente, nos levantamos bien temprano para escalar esta larga pared. Luego de la aproximación, comenzando el 5to largo y, después que había pasado el 2do seguro, Nico perdió el equilibrio y cayó. En la caída, su pie izquierdo se enganchó, hizo palanca y cayó un metro más, así que en total la caída fue -aproximadamente- de 3 metros. Me miró y gritó muy fuerte, vi que tenía su pie torcido y que era grave, y lo bajé ( por suerte no había pasado la mitad de la cuerda). Nos dimos cuenta que tenía una fractura expuesta de tibia a la altura del tobillo. Como llevábamos un teléfono satelital, tratamos un par de llamadas sin éxito, a la tercera pudimos contactar a Andrés Diez de Puerto Varas para que diera aviso. Él pudo entender accidente-Trinidad-fractura.
Bienvenidos a mi Insomnio (5.11a 920m), en el Cerro Trinidad, Cochamó.

Bienvenidos a mi Insomnio (5.11a 920m), en el Cerro Trinidad, Cochamó.

Bajé las cuerdas y me preparé para descender. Rapeleamos juntos, él anclado a mi sistema de descenso. Impresionante y primordial fue el ánimo y aporte de Nico, fue el mejor, incluso, en un momento hasta tiró una talla. Después del 1er rappel, vimos a un par de personas que eran gringos, así que gritamos en inglés. Nico no se acordaba como se decía tibia pero por suerte gritó ‘femur’, eso hizo que todo tuviera más urgencia. Uno de ellos bajó al camping a pedir ayuda y los otros dos subieron caminando la aproximación de la base hasta donde llegaríamos después de los rappeles.
 

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Foto: Nelson Klein/Instagram
Al llegar abajo, ya había más gente para ayudar, cortamos la zapatilla y limpiamos, no había perdido mucha sangre, no había arteria comprometida, tenía pulso y movilidad distal. Al poco tiempo llegó una doctora muy apurada porque pensaba que era el fémur. Se le suministró antibiótico y un tramal para el dolor e inmovilizamos su pierna. También llegó una tabla larga, y una vez que lo subimos a ésta, comenzamos la evacuación. Llegaron 25 personas a ayudar, casi todos extranjeros, muchos que ya conocían a Nico después de las 3 semanas que llevaba escalando en Cochamó. La ayuda de todos hizo la bajada mucho más fácil, con la cuerda pudimos asegurar la camilla en las partes más difíciles. En ese momento, me conmovió el espíritu de la comunidad escaladora, pues todos dejaron sus planes por ir ayudar a un escalador accidentado.
Luego de 11 horas desde el accidente, logramos llegar a la zona de camping en La Junta. Desde el refugio Cochamó ya habían coordinado un helicóptero de rescate de la FACH que llegó después de 20 minutos. Luego llegamos al hospital de Puerto Montt, por suerte el más moderno de Chile. El diagnóstico final fue luxofractura de tibia y peroné de pierna izquierda.
 

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Foto: Nelson Klein/Instagram

A parte de la suerte que tuvimos por haber estado en largo 5 y no más arriba, las 25 personas que llegaron a ayudar, el helicóptero, las condiciones meteorológicas, entre otras, fue de importancia conocer y haber practicado las maniobras de rescate con cuerdas y los primeros auxilios para este tipo de lesiones. A veces nos preparamos mucho para la escalada, la cumbre y los éxitos, pero es en estos casos que nos damos cuenta lo importante que es prepararse para lo peor, por eso mismo hay que practicar e instruirse en las maniobras necesarias. Una experiencia que había que compartir. Muchas gracias a todas y todos por la ayuda, como dijo un tío español durante el rescate «Esto parece la ONU» buen escale para todos”.
Así como Nicolás y José valoraron los conocimientos que han adquirido con el tiempo luego de haber vivido esta experiencia, es necesario instruirse en el tema de seguridad y primeros auxilios en la montaña.
Probablemente todos hemos oído hablar de WFR (Wilderness First Responder), cursos que entregan los criterios y conocimientos necesarios para reaccionar en caso de accidente y entregar los primeros auxilios en zonas agrestes, así como evacuar al accidentado.
Les invitamos a estar alertas, escalar seguro y buscar información sobre los próximos cursos a realizarse en tu localidad, recuerda que un pequeño esfuerzo puede significar un gran avance en tu seguridad y la de tu cordada.
Para finalizar, les comentamos que en Escalando estamos preparando un artículo donde ahondaremos en este tema, el cual publicaremos muy pronto, así que manténganse atentos.

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