Cambio climático: ¿cómo afecta nuestras montañas, glaciares y escalada en hielo?
Comienza la primavera, las flores germinan, las temperaturas suben y el hielo se derrite. El cambio de estación dejó atrás una temporada de invierno bastante peculiar. El resonado “cambio climático” se hizo notar en nuestro país. Cambios de temperaturas inesperados, períodos largos sin ver caer una gota de agua para luego enfrentarse a tormentas desmedidas que concluyeron con ciudades inundadas.
Frente a este fenómeno revista Escalando quiso averiguar cómo el “cambio climático” está afectando a las montañas y sus mantos de hielo tanto a nivel mundial como nacional.
Para la montañista, agrónoma con mención en medio ambiente, especialista en climatología y que actualmente cursa un master en Francia de Glaciología, Inés Dussaillant, hoy se le otorga una perspectiva antropogénica a la definición de Cambio Climático, porque existe suficiente evidencia para afirmar que los cambios recientes que se han observado sobre el clima de nuestro planeta se deben principalmente a acciones directas del hombre que ha modificado su equilibrio natural.
“Considerando todas las variables naturales que influyen sobre nuestro clima, hay un factor que no es natural y que está empujando más fuerte: la mano del hombre, manifestada en distintos ámbitos, como el cambio de uso del suelo, la emisión de gases de efecto invernadero, la agricultura y muchos otros (…) Estos cambios directos del hombre a su vez influyen sobre otras variables que ya no están en nuestras manos, y que pueden magnificar el efecto o disminuirlo, pero en definitiva lo importante a entender es que a partir de nuestras acciones directas estamos cambiando el equilibrio natural del planeta”, señaló Dussaillant.
Esta alarmante realidad, impulsada paradójicamente por el hombre, ha generado que en los últimos siglos haya decrecido la superficie de hielo del planeta, tanto en su volumen como en su masa. El derretimiento de hielo no solo hace referencia a los glaciares sino al que se forma sobre la superficie del mar y lagos de agua dulce, el hielo sobre los continentes, entre los poros de la tierra y también se incluye dentro del término Crisósfera al manto de nieve.
Es así como en el último informe del IPCC, 2013, o Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, donde se resumen todos los estudios realizados sobre diversos temas que conciernen al Cambio Climático, afirma que existe suficiente evidencia para constatar que los glaciares a lo largo de todo el mundo están decreciendo, tanto en tamaño, como en superficie, volumen y masa. Sin embargo existen algunas excepciones limitadas, como por ejemplo el glaciar Perito Moreno que se encuentra en equilibrio (No se observa, en promedio, ni un aumento ni una disminución), y el Pio XI, entre otros pocos que están aumentando su tamaño.
Según comentó la especialista quien decidió ahondar en la investigación de lo glaciares para complementar su pasión deportiva de alta montaña, este informe también muestra que los mayores cambios se han observado en los glaciares del Ártico en Alaska y Canadá, y en las montañas de Asia y los Andes del Sur.
“Nuestra querida Patagonia Chileno-Argentina está considerada dentro de las zonas del mundo donde más han retrocedido los glaciares durante los últimos años. Pero lo que es más triste aun, es que se espera que en los próximos años esta tendencia continúe o incluso aumente, aun si no se observa un aumento notable en la temperatura global del planeta en los próximos años debido a la naturaleza auto-reforzada del derretimiento del hielo. En palabras más simples, cuanto menos hielo hay, menor es su capacidad de enfriar el ambiente que le rodea y de reflejar la radiación solar que recibe y, por consecuencia, lo que queda se derrite mucho más rápido”, recalcó Inés.
¿Cómo afecta el cambio climático en la escalada en hielo en nuestro país?
La temperatura, por cierto, juega un papel importante en la práctica del montañismo, sobre todo en aquellas escaladas que transcurren por glaciar, hielo o terrenos mixtos, donde las altas temperaturas son sinónimo de inestabilidad y riesgo de desprendimientos.
La escalada en hielo se realiza tanto en glaciares como cascadas congeladas, son estas últimas las preferidas para el desarrollo de esta disciplina. Dussaillant quien trabajó en los glaciares de Los Andes, mencionó que en cuanto a las cascadas de hielo el tema es distinto, porque las formaciones de hielo de este tipo son un fenómeno muy local que depende principalmente de dos factores: primero, que exista agua corriente, y luego, que haga mucho frío de manera de que esa agua se congele y se transforme en una cascada de hielo.
Según lo relatado podría deducirse que para la formación de una cascada de hielo debe haber un equilibrio de temperaturas, el que perimitan el escurrimiento de agua a ciertas horas para luego congelarse y en esto un alza en la temperatura favorecería la formación de cascadas de hielo en zonas históricamente muy frías.“Cuando hablamos de cambio climático hablamos a escala global, pero lo que sucede a escala local puede ser muy distinto. A pesar de que se observan aumentos en la temperatura global del planeta, no quiere decir que todos los lugares serán más calurosos, de hecho el clima no funciona así, es mucho más complejo y sus efectos no son homogéneos. Algunos lugares verán aumentos muy grandes en sus temperaturas, otros sin embargo, serán mucho más fríos que antes y algunos no presentarán muchos cambios.
Chile, tiene el beneficio de tener doble temporada en la escalada en hielo debido a las cascadas en altura. En invierno, la mejores zonas para escalar son las cascadas de Villa Paulina ubicadas en el Parque Cordillera Yerba Loca, las cascadas de El Manto y El Peñón en Portillo, la cascada del «Metro Cúbico» en el sector de La Resistencia (qué promete ser un clásico) en la base del cerro Arenas y el Embalse del Yeso en el Cajón del Maipo.
Para otoño y fines de primavera los escaladores prefieren las cascadas de altura como las cascadas del cerro el Plomo, cascadas del cerro Marmolejo, cascadas de Parva del Inca y las Cascadas del San José en el Cajón del Maipo
Andrés Zegers, uno de los montañista y escaladores con más experiencia en Chile, reconoció que la temporada de escalada en hielo de este año fue buena y nos entregó una mirada un poco más específica de cómo estuvieron los sectores para realizar este deporte.
“Las cascadas del plomo, se formaron como un año normal. En Villa Paulina las condiciones fueron excepcionales no por el hielo, sino porque las tardías nevadas facilitaron el acercamiento hasta bastante entrada la temporada. También se ve que hace años que nadie se ha dado el trabajo de desviar el agua por lo que no se forman muchas de las cascadas. El Yeso hace tiempo que no está en condiciones, el cajón del Peñón, estuvo apto, pero las cascadas no duraron más que un par de semanas. La cascada de Portillo no se formó completa (normal) y el Manto cerca del túnel del Cristo Redentor se formó bien aunque no tan ancha como otros años. Se abrieron nuevas cascadas en la zona de la Resistencia en el valle del Arenas. Multiplícate por Cero (en el Valle Ojos de Agua) se formó y estuvo en buenas condiciones”.
Aun cuando la temporada no estuvo mal, Zegers cree que el cambio climático que ha tenido como consecuencia el decrecimiento de los hielos, se va notando poco a poco a medida que pasan los años.
“Se ha notado en especial en las cascadas del Peñón, Embalse del Yeso, Cortaderas y las pequeñas cascadas de camino a Valle Nevado. Me parece que en los últimos 10 años tal vez el hielo se está formando unos 200-300 mts., más alto que antes” concluyó el escalador.
Como se retrató anteriormente, el derretimiento de los hielos ha favorecido a los escaladores de hielo en cierta medida. Gracias a esto se puede escalar cascadas con más volumen y lograr llegar a sectores que antes era más complicado por el clima y la nieve. Aun así es solo un estado temporal. Si no tomamos consciencia y cuidamos nuestro mundo las temperaturas seguirán subiendo, y la escalada en hielo será lo último de lo que nos preocuparemos. Resulta imperioso tomar parte activa sobre los actuales procesos del planeta que, como nunca antes, están estrechamente conectados a nuestras acciones.