Escalada juvenil: entranamiento, riesgos y cuidados
Por Camilo Castellanos
Campeonatos escolares, jóvenes mutantes que antes de los 18 años ya encadenan sobre 5.13, niños que se pasean por el muro como si hubiera nacido en las paredes, rutinas de entrenamiento y alta competición a temprana edad… ¿Qué problemas y qué beneficios puede traer el entrenamiento en jóvenes?
Ashima Shiraishi con 13 años se convirtió en la primera mujer en encadenar un 5.15a, Mirko Caballero encadenó V14 a los 13 años, Angie Scarth-Johnson a los 9 años consiguió ser la persona más joven en escalar un 8b. Estos jóvenes realizan entrenamientos planificados y que muchas veces ponen al límite sus capacidades físicas. Un entrenamiento que pareciera ser antinatural en muchos casos, pero que según un estudio de la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá, publicado en British Journal of Sports Medicine, los jóvenes en la escalada se lesionan igual que los que practican hockey y fútbol.
Según el estudio, hay un riesgo de 4,44 lesiones por cada 1000 horas de escalada. Para la investigación se tomó a 50 escaladores de élite que participan en competencias y entrenan en promedio 13 horas a la semana, y a 66 escaladores recreacionales que escalan en promedio 7 horas a la semana. Las lesiones más típicas, como muchos podrían imaginarlo, es la tendinitis por sobre carga.
Cuando se entrenan niños y se proyecta la alta competencia a largo plazo, influyen diversos factores. Cristián Carreras, entrenador de Casa Boulder nos comentó, mientras abría los búlders del campeonato escolar del fin de semana pasado, que lo primero que hay que hacer es identificar su rango de edad, género y nivel de desarrollo motor de la infancia para, en base a eso, trabajar las falencias y proyectar a un futuro deportista. “Trato de que los jóvenes entiendan el proceso de entrenamiento en el que se encuentran y sean partícipes de los objetivos que se buscan. También hay un aspecto psicológico y emocional que hay que ir acomodando a los proyectos”, señala Cristian.
A Carreras se le puede ver en Casa Boulder con tropas de niños de menos de 12 años, haciéndoles juegos y dinámicas que van desde subirse al muro para alcanzar globos u otros objetos, hasta trabajos en el suelo de coordinación. Para Cristian los jóvenes y en especial los que están entrando en la pubertad, pueden hacer prácticamente los mismos entrenamientos que los adultos. A pesar de esto, señala que los objetivos varían. “Ellos experimentan un crecimiento muy explosivo en poco tiempo por lo cual hay que retomar mucho el aspecto coordinativo, para que vuelvan a ser igual de hábiles como cuando eran niños, pero con este nuevo cuerpo. Incluso antes de la pubertad se puede hacer entrenamientos de fuerza con el propio peso o con cargas bajas, sin ningún problema”. Carreras agrega que antes de los 18 años el entrenamiento se debe basar en estimularlos con variedad de escalada y no buscando la fuerza o el máximo de cargas, por lo cual, según él, es difícil que se lesionen.
A pesar de esto, Eric Hörst, un especialista en el entrenamiento de escalada que ha publicado en las principales revistas del medio y que ha escrito más de 10 libros sobre el entrenamiento, dice en su blog trainingforclimbing.com que hay que tener ciertas prevenciones cuando se trabaja con jóvenes para que no se den las lesiones más típicas de no impacto, que son las de “uso excesivo de los tendones, articulaciones y huesos de los dedos, incluyendo fracturas por estrés y daños en las placas de crecimiento”.
El experto señala que los niños no deben entrenar más de cuatro días a la semana y que deben tener ciertas prevenciones en el uso de campus y escalada en búlder. Estas limitaciones no los dejarían por fuera de los altos niveles de escalada, lo cual se comprueba con sus hijos Cameron y Jonathan, de 14 y 12 años, quienes han conseguidos escalar 5.14.
Hörst dice que los escaladores antes de los 16 años no deben hacer campus de salto a dos manos (double-dyno), deben privilegiar la escalada de mano abierta evitando gripear y deben hacer muy poco o nada de entrenamiento en tabla con peso. Además, Hörst dice que la especialización en búlder también puede traer problemas como lesiones en los tendones de los dedos, codos y hombros.
El estudio realizado en Canadá mostró que al menos una lesión por escalador era la norma y que aparte de los dedos, los problemas más comunes se daban en hombros rodillas y tobillos por sobre carga de entrenamiento.
Es por esto que Hörst recomienda que solo se realice campus de manera controlada, sin saltos a dos manos, y que se mezcle el entrenamiento de búlder con el de escalada con cuerda que tiene un menor impacto. Además agrega que se debe trabajar músculos antagonistas y un buen calentamiento como parte esencial en la prevención de lesiones.
El estudio realizado en Canadá comprobó que los jóvenes que más se lesionan son los de las edades entre 15 y 19 años, por sobre los de 11 y 14. Entre el grupo de mayor edad, eran 6 veces más propensos a sufrir lesiones si habían tenido algún problema previo debido a otros deportes.
Qué pasa en Chile
En nuestro país hay una creciente población de menores de 18 años que se han involucrado en la escalada. Las clases para niños en los muros y el fortalecimiento de los campeonatos escolares han permitido el desarrollo de jóvenes que se han posicionado en la élite de la escalada nacional. Una nueva generación ha basado su progresión en el entrenamiento planificado, poniendo al límite sus capacidades físicas y sus tendones.
Daniela Cea la madre de León Pino, quien con menos de 16 años consiguió una medalla en el campeonato Panamericano juvenil disputado en México, dijo: “León solo ha tenido lesiones leves y hemos seguido el camino súper convencional que es traumatólogo kinesiólogo. Nosotros tenemos una escuela de yoga y una de las cosas que estoy luchando es para que él adquiera como parte de su entrenamiento para la prevención y rehabilitación de lesiones que pueda tener”. Además, agrega que el entrenamiento de León ha sido muy progresivo. “Admiro mucho al Koko (Helmut Kocking), confío en su criterio en su madurez su experiencia y veo como él enfoca la escalada en León a mediano y largo plazo. León y sus pares han avanzado muy bien, es una generación muy fuerte de escaladores que son muy unidos”.
Daniela rescata que la escalada le ha hecho muy bien a su hijo. “Lo ha enfocado, cuando era más pequeño era muy inquieto siempre, muy disperso en el colegio, le costaba adaptarse al formato de clases tradicional. El hecho de haberse metido a la escalada y haberlo cambiado de colegio para enfocarse lo llevó a una dinámica de estudio y de entrenamiento que lo han centrado, alineado y ahora está mucho más tranquilo, seguro de sí mismo, más claro con lo que está haciendo y con lo que no”.
Ximena Quinteros es madre de Inti Mellado de 17 años, quien ha conseguido encadenar 5.13c, y Nacha Mellado quien con solo 12 años encadenó 5.12d –ambos son parte de los primeros puestos en los campeonatos escolares- Como madre ha visto la progresión de sus hijos de cerca. “La escalada les ha ayudado a organizar mejor su tiempo de estudios, escalada y descanso. También fortalece sus relaciones sociales y los vuelva más conscientes de su autocuidado”.
Los beneficios de la práctica de cualquier deporte son innegables para la vida de cualquier niño, sin embargo la presencia de un profesional que acompañe el desarrollo de los jovenes atletas y los potencie, tanto física como sicológicamente, es un factor clave para aquellos jóvenes que comienzan a explorar sus límites y a empujarlos a punta de entrenamiento y motivación.
Conocer los efectos fisiológicos de cada ejercicio y los impactos que estos tendrán en el joven, los periodos de recuperación de lesiones o simplemente lidiar con el caracter particular de estos pequeños individuos no es tarea a improvisar y puede marcar grandes diferencias en el desarrollo deportivo del niño.