Escalada y música
por: Francisca Undurraga J.
“Cuando empecé a escalar lo que más me gustaba era llevar mis instrumentos de música a los lugares donde escalaba, estar en un ambiente hermoso te trae mucha inspiración por eso comencé haciéndolo y es algo que no he dejado hasta el día de hoy”.
Estas son palabras de Nicolas Favresse para Franz Magazine, músico desde los 10 años y escalador desde los 15. Su fascinación por el Big Wall y la música ha llevado a este deportista proveniente de Bélgica a unir sus dos pasiones y complementarlas para su beneficio.
Para Favresse, los lugares en donde escala son una profunda inspiración para componer y así también, su música lo ayuda a progresar dentro de la disciplina. “La música me da una perspectiva distinta de lo que hago. Yo no escalo porque las rutas son difíciles, lo hago por diversión. Al estar muchos días montado en un multilargo o abriendo una nueva vía, uno se pone muy ansioso por lo que se viene y hay mucho estrés que se debe botar. Esto es lo mágico de la música, puedes llevar tus instrumentos y distenderte, viajar a otro lugar. Aunque estés en medio de la nada, el tocar es como estar en un espacio único y totalmente distinto, el espacio de la música. Con ella te das cuenta de lo asombroso que es estar ahí.
A nivel nacional, ya no es extraño ver que las personas llevan su “mini parlante” para escuchar música mientras escalan o transportan diferentes instrumentos musicales en viajes más largos. Muchos lo hacen para compartir, algunos para concentrarse y otros simplemente por el placer de escuchar el grupo que les gusta.
Sin embargo, ¿Cuál es la mirada de quien compone música frente a la escalada y el montañismo?¿Qué sentido le otorgan y qué instrumentos nos recomiendan llevar?
Héctor González, tiene 30 años y es administrador en Ecoturismo. Desde pequeño ha sido un hombre de montaña. Ha tenido la posibilidad de participar en distintas expediciones, ascensiones y administrar lugares sagrados para los montañeros como el Ojos del Salado. No se considera un “escalador” pero sí practica este deporte y lo disfruta.
En la música ha estado sumergido desde que tiene memoria, aunque se dedicó a ella de lleno hace alrededor de 10 años. Partió con el bajo durante la básica y desde ese entonces ha ido introduciéndose en diversos estilos de música. Hoy en día es conocido como Mabrodah y se dedica a “rapiar y cantar por la vida” además de trabajar en diversos proyectos musicales.
Para Marbrodah, la música es su palpitar. “Cuando no la estoy escuchando, la estoy pensando, la estoy imaginando. Pero creo que todos tenemos esas canciones que nos producen el equilibrio con el deporte y la plenitud al mirar la naturaleza que rodea el lugar donde llegamos. Fundamental dar la gracias”.
En cuanto a la escalada y la música, al igual que Favresse, este montañista chileno ve sus dos pasiones como un complemento. “yo creo que todos tenemos un nivel de locura, la mía se basa, principalmente, en la orquesta que llevo en la cabeza. Entonces claro, al leer movimientos o al enfrentarme a situaciones de riesgo, busco la calma y también al revés, haciendo deporte encuentro soluciones y pausas a rimas o ritmos con los cuales estaba atrapado. En pocas palabras es el equilibrio para desatraparse”
Así también González aseguró que con una croquera, un lápiz y la tecnología de poder grabar con el teléfono logra llevar su música a donde sea que vaya. “Debo decir que me encanta cuando me encuentro con instrumentos en la montaña, siempre es lindo conocer gente y sobre todo a través de la música y en situaciones al aire libre”.
Con respecto a los instrumentos musicales que llevar, el licenciado en Música, escalador y reconocido montañista, Sergio Infante, recomendó cargar con implementos ligeros y portátiles. “Una quena por ejemplo cumple con esos requisitos y es ideal para los hippies. Un ukelele también es bueno. Las canciones de Eddie Vedder suenan bien con él”.
Con respecto a su experiencia en la montaña, este compositor de folk, comentó que dentro del montañismo que trata de hacer (rápido y ligero), acarrear un instrumento implica ir más pesado por lo que a los proyectos de cerros no suele llevarlos. “Ahora bien; esos fin de semanas más relajados de escalada, tipo la engorda o petorca, una guitarra, un cuatro o un ukelele nunca están demás para compartir con los amigos”, recalcó.
Una forma de no pasar a llevar a quien está a tu lado y que el escalador de 31 años suele hacer, es utilizar audífonos para escuchar música. “Así no molesto a nadie. No hay nada como llevar tus discos favoritos a la montaña y quedarte dormido escuchando música en un vivac mirando las estrellas”.
Les dejamos este vídeo donde Nicolas Favresse cuenta su forma de equilibrar estas 2 pasiones de su vida
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