Noviembre 2023
A continuación, con ustedes, la segunda parte del recuento de accidentes fatales de montañistas, esquiadores, excursionistas y otros actores relacionados sucedidos después de la publicación del libro “No me olviden”. Esto es, desde el año 2020 en adelante.
En la Parte I se mencionaron las reglas, el marco de trabajo, los olvidos, las tragedias con menor vinculación al fenómeno y el detalle de los incidentes del 2020. Corresponde ahora entonces continuar con tal esfuerzo, para lo cual primero mencionaré la fe de erratas y, luego, la revisión de lo acontecido en los años 2021 y 2022.
Fe de erratas
Más que “incorrecciones”, la entrega anterior tuvo “omisiones”. En parte, debido al “errar humanum est”, pero también porque recibí información adicional que algunos lectores me enviaron y que permitió completar algunos casos. Lo que a su vez me lleva a recordarles que este esfuerzo finalmente solo es posible gracias a la colaboración de ustedes.
En rigor, se trata de 3 incidentes: un excursionista y dos extras solo mencionados aquí para mantener la consistencia conceptual (dado que no tienen directa relación con el foco del estudio).
Primero, lo sucedido a Fernando Yáñez (25) el 13 de julio del 2020, quién salió a las 07:00 horas de su domicilio (Roblería, Linares) con la idea de hacer una excursión a los Altos de Chupallar. Su regreso se esperaba tipo 6 de la tarde, pero como tal cosa no aconteció, las autoridades fueron notificadas, iniciándose un operativo de búsqueda que, en la mañana del miércoles 15, dio con su cuerpo sin vida entre las lagunas Negra y La Engorda (a cota 500). En cuanto al motivo de su deceso, aparentemente habría sido por caída en un sector abrupto.
Luego está el fallecimiento el 14 de mayo del 2020 del arriero Luis Ubilla (57), en la zona de El Toyo, quien durante sus labores de traslado de ganado se desplomó al suelo de forma repentina tras almorzar. A pesar que fue auxiliado por sus compañeros de trabajo, murió en el lugar debido a lo que posteriormente se reportó como un “Edema pulmonar agudo cardiogénico”.
Por último, el desaparecimiento en julio del 2021 en Punta Arenas de Guadalupe Oyarzún (54). Ella se había internado el sábado 10 en la Reserva Magallanes junto a su pareja Mauro Quevedo en busca de animales que se les habían extraviado. En algún momento tomaron distintos caminos, aunque manifestando la intención de reencontrarse después en su casa (ubicada a un par de kilómetros). Así lo haría Quevedo, que arribó en medio de escasa luz e incipiente nevazón, más no así su compañera. A partir de ese instante se realizaron recurrentes búsquedas que fueron infructuosas debido en parte a la dificultad que planteaba un terreno cubierto con nieve. Solo 51 días después, el miércoles 1 de septiembre, sus osamentas fueron localizadas cerca de una quebrada de difícil acceso, a unos 200 metros hacia el noreste del mirador Guardas. Posteriormente la justicia dictaría, en el 2023, que en su muerte no habría habido intervención de terceros.
Recuento año 2021
Con eso establecido, entremos ahora a lo que nos convoca hoy, partiendo por lo sucedido el año 2021.
El primer caso ocurrió el 6 de marzo, cuando el cuerpo sin vida de Nicolás Valdés (21) fue encontrado en la torre de alta tensión número 73 en el sector de El Manzano, en las cercanías de la palestra de escalada Pared del Mota. Los diversos antecedentes recopilados dan a entender que se trató de un suicidio.
Una semana después, el sábado 13, el montañista Sebastián González (34) descendía del cerro Leonera tras abortar por mal tiempo el intento que le realizaba. Al llegar al filo que conduce a Cancha de Carrera (alrededor de la 14:30 horas), encontró tirado boca arriba sobre el sendero el cuerpo de una persona que ya comenzaba a taparse con la nieve que caía. González activó la baliza de emergencia con la cual contaba y, media hora más tarde, retomó su bajada. En paralelo, la mencionada alerta satelital desencadenó un proceso de gestiones que se concretó en el arribo al sitio de equipos de rescate al día siguiente (domingo 14 de marzo). La víctima fue identificada como Luis Vallejos (25), quien también estaba intentando el Leonera ese sábado acompañado de un amigo pero, mientras este a 4.600 metros decidió no continuar debido al cansancio, Vallejos optó por seguir. Luego de lo cual, todo indica que en algún punto él también se devolvió ya que, para ese momento, la tormenta había empeorado tanto que derivó en tormenta eléctrica. Mismas condiciones que inicialmente llevaron a creer y reportar que la causa del deceso de Vallejos habría sido por impacto de un rayo. No obstante, los testimonios y lo informado por los organismos oficiales no permiten confirman ni negar tal conjetura, siendo desconocida para la comunidad hasta este instante la razón exacta de su fallecimiento.
Al mes siguiente, el 20 de abril, mientras realizaba una excursión en la tarde al cerro Manquehue junto a colegas de trabajo, un hombre de 60 años de edad manifestó dolores en el pecho y cayó inconsciente al suelo. A pesar que relativamente pronto llegaría ayuda por parte de diversas organizaciones, esta persona no pudo ser recuperada y falleció en el mismo lugar.
Dos días más tarde, Nicolás Fuenzalida (33) salió a las 8 de la mañana desde Las Vegas de Rupanco (comuna de Puerto Octay) con la intención de realizar una excursión por el día en dirección suroeste, por los faldeos del volcán Puntiagudo. Sin embargo, no llegó de vuelta a su hogar, sus cercanos avisaron a las autoridades y, 4 días después (mediodía del 26 de abril) ¬sus restos fueron ubicados en las inmediaciones de una cascada; con señas de haber sufrido una caída por un acantilado de unos 80 metros de altura.
En mayo (jueves 27), Cristián Bórquez y Ronald Castillo, ambos de 38 años de edad, se perdieron en medio de condiciones atmosféricas marginales mientras hacían una excursión en el área de Laguna Escondida (comuna de Lonquimay). Posteriormente, en la mañana del sábado 29, los procedimientos de rescate que se organizaron encontraron sus cuerpos a un par de kilómetros al sur del paso fronterizo Icalma, cerca del límite con Argentina, reportándose que la causa de sus muertes habría sido la hipotermia.
El 7 de junio, 4 personas estaban involucradas en subir la Pirámide de Chillán cuando, alrededor de las 13:30 horas y mientras avanzaban con crampones en medio de nieve, uno de ellos (Alberto Concha de 29 años) se tropezó, experimentó una caída y fue a detenerse en una zona de rocas, quedando lo suficientemente mal herido como para que a la 2 de la tarde sus amigos pidieran ayuda vía telefonía móvil. Luego, el grupo completo trató de seguir avanzando porque el tiempo atmosférico se deterioraba, con viento y bajas temperaturas, desplazamiento que, empero, solo pudieron efectuar por algunos minutos. Dos horas más tarde llegaron los primeros rescatistas, encontrando que el accidentado se movía descoordinadamente y con signos vitales débiles, por lo cual aplicaron medidas estándar de recuperación, incluyendo RCP. No obstante, tales esmeros fueron en vano puesto que Concha murió en algún momento de esa tarde.
En agosto, el chileno Fulvio Cartoni (69) salió a las 10 de la mañana del domingo 22 en dirección al morro Las Papas, ubicado entre los parques San Carlos de Apoquindo y Aguas de Ramón (en Santiago). Cartoni no regresó a su hogar cuando era esperado, activándose una búsqueda que al día siguiente localizó su cuerpo a un kilómetro de uno de los puntos de acceso al área. Los detalles informados inducen a pensar que su deceso se habría producido por una caída.
Un mes después, 8 personas (3 tripulantes y 5 pasajeros) zarparon a las 10 de la mañana del miércoles 22 desde Punta Arenas con la intención de visitar la Cruz de Froward. Tras navegar 90 kilómetros en zodiac, desembarcaron a la altura de San Juan e iniciaron la subida propiamente tal hacia el monumento. Sin embargo, al comenzar el descenso pasado el mediodía, Álvaro Millalonco (64) experimentó un infarto cardíaco y acabó por fallecer en el lugar.
Los dos últimos incidentes del 2021 acontecieron en octubre.
Primero, el domingo 24 en el Cajón del Maipo. Eran dos amigos que a las 08:15 horas iniciaron la caminata que lleva al Mirador de los Cóndores, ubicado en el kilómetro 18 de la ruta G-345. Transcurridos unos 20 minutos, uno de ellos (Julio Toledo, 61) comenzó a sentir dolor en el pecho, a pesar de lo cual continuó para, poco después del mediodía, arribar al mencionado mirador. Estando una vez ahí, sus molestias retornaron y, mientras otras personas lo ayudaban, se desvaneció. Se realizaron maniobras de resucitación al mismo tiempo que se gestionaba la concurrencia de un helicóptero para evacuarlo, pero tales esfuerzos no dieron frutos y Toledo murió a las 14:30 horas mientras era trasladado.
El último caso del año sucedió el domingo 31 (siempre en octubre), entre el portezuelo La Julia y el cerro La Cruz (área de Río Blanco, Quinta Región). Dentro de las actividades propias de uno de los cursos de montaña del Ejercito de Chile, el Cabo Segundo Marcelo Benítez venía bajando por un sendero cuando, ya sea por un tropiezo o resbalón, perdió pie y, dado el peso de lo mochila, no pudo evitar una larga caída que lo dejó malherido. Tras ser atendido por el enfermero del curso, fue trasladado vía aérea al Hospital Militar de Santiago, lugar donde últimamente falleció.
Recuento año 2022
En cuanto al 2022, los dos primeros eventos sucedieron en el valle de Cochamó.
En la mañana del 13 de enero un grupo de 9 amigos salió desde el camping Los Manzanos (en La Junta) para hacer una excursión al cerro Arcoíris. A mitad de camino, 5 se devolvieron y 4 continuaron; luego, cuando estos últimos venían de regreso, uno de ellos se adelantó y se perdió de vista, aunque manteniendo cierta comunicación a gritos con sus compañeros. El problema fue que cuando finalmente se rejuntaron abajo, en el camping, se descubrió que esta persona (Héctor Astete, 25) nunca había llegado de vuelta. Se generó extrañeza y preocupación, una que derivó en la activación de un operativo de búsqueda que se extendió por varias semanas, hasta que el 2 de febrero sus restos mortales fueron localizados a cota 1.100. Los antecedentes investigados indican que la causa de su muerte habría sido una caída en altura, agravada por la subsecuente exposición a los elementos.
El segundo incidente en Cochamó sucedió el 5 de abril, cuando Nicolás Maragaño (47), que también estaba acampando en La Junta, desarrolló cuadros febriles que derivaron en un estado crítico de salud. Tras darse el aviso de la emergencia alrededor de las 19:40 horas, se organizó una evacuación aeromédica desde el aeropuerto El Tepual; una que, si bien logró llegar al lugar a las 22:30, no pudo evitar que Maragaño falleciera debido a un shock anafiláctico.
Luego, el 30 de junio, Leonardo Molina (21) salió a las 5 de la mañana desde San Fabián de Alico con la intención de ascender el cerro Malalcura. Sin embargo, cerca de las 13:30 avisó por celular que estaba bloqueado; rodeado por murallones de granito, sin poder subir o bajar, a unos 200 metros de la cumbre principal por el oeste. Carabineros fue en su ayuda, pero no pudieron acceder a él debido a lo técnico del terreno y, tras establecer comunicación a gritos desde la distancia, tuvieron que retirarse cuando se hizo de noche y entró nubosidad con viento. Otros actores al día siguiente también realizaron infructuosos intentos de ayuda, luego de lo cual hubo mal tiempo generalizado, con nevadas de varios días, y de Molina nunca más se supo. A la primavera siguiente (el 5 de noviembre) sus osamentas fueron encontradas a unos 200 metros por debajo de su última ubicación conocida, lo que hace plausible la idea que su deceso pudo haber sido no solo por la exposición a los elementos, sino que también por una caída; o a una combinación de ambas.
En el intertanto, a mediados de septiembre, el astrónomo británico Thomas Marsh (60) de la Universidad de Warwick de Reino Unido, llegaba al observatorio ESO de La Silla (región de Coquimbo), con la idea de permanecer varias noches en el lugar para continuar con sus investigaciones. En dicho contexto fue que en la mañana del viernes 16 salió a hacer una excursión, pero, al no regresar de ella, se dio inicio a lo que después se transformó en una búsqueda formal. Esta no dio resultados positivos por semanas, hasta que el 10 de noviembre, 55 días después de vérsele con vida por última vez, sus restos fueron encontrados a unos 4 kilómetros de su lugar de trabajo, en un sector de quebradas de acceso poco expedito (a 1.780 metros de altitud).
El siguiente caso también sucedió en septiembre; exactamente el martes 20. Claudio Soto (33) y su pareja venían de regreso de un trekking por el día a la Laguna Negra. Al llegar al mismo punto que habían utilizado en la mañana para pasar el río Yeso (a la altura del refugio Las Cáscaras, más abajo de las compuertas del embalse), encontraron su caudal más crecido. Abocados nuevamente a intentar su cruce, la polola experimentó un resbalón y, al ir Soto en su ayuda, fue ahora este quien cayó al río, golpeándose en la cabeza en el proceso y, producto de aquello, acabar perdiendo la vida.
Cinco días más tarde, el domingo 25, tres militares del Destacamento de Montaña N°9 “Arauco”, el Teniente Jorge Jiménez (29), el Cabo Primero Jaime Cayuán (35) y el Sargento Segundo Eugenio Nilo (41) llegaron a la cumbre del Puntiagudo (2.493 m) en medio de un mal clima que, pasado el mediodía, ya era una tormenta en regla. En el descenso, aproximadamente a cota 1.700, uno de los anclajes para rapelear falló, provocando que Cayuán y Jiménez cayeran al vacío y Nilo quedara aislado arriba sin las cuerdas. Dado eso, este se refugió en una cueva de nieve que pudo excavar y, con la radio que tenía, dio aviso de lo que estaba pasando, siendo rescatado posteriormente por un helicóptero de la FACH en la mañana del martes 27. En cuanto a sus compañeros, sus cuerpos sin vida fueron localizados 6 días después (el 1 de octubre).
Los dos últimos eventos fatales del año 2022 ocurrieron, al igual que en el 2021, en octubre.
Primero lo sucedido el domingo 9 en la Reserva Nacional Mocho Choshuenco a Ignacio Vásquez (32, Guía UIAGM Aspirante), Annette Jequien (25, su pareja) y Cristóbal Hermosilla (35, tío de Jequien). Ellos hicieron cumbre el lunes 10, pero en el descenso, tras recorrer unos 200 metros y mientras se desplazaban encordados, experimentaron una caída en dirección al glaciar Plateau. En el intertanto, e inadvertidos del accidente, también hizo cumbre otra cordada compuesta por un guía y un extranjero; este último siendo quien, cuando bajaban, se desvió un tanto de la ruta normal para sacar una foto, con lo cual tuvo acceso visual a la otra vertiente y, con ello, pudo observar que al parecer abajo habían algunas personas tiradas sobre la nieve. Avisaron del hecho al refugio Choshuenco, desde donde salió un grupo que pronto verificó que lo señalado era correcto; en particular, Jequiem estaba grave, Vásquez había fallecido y Hermosilla tenía múltiples lesiones. Los operativos de rescate lograron evacuar en helicóptero a Jequien y Hermosilla, quienes eventualmente sobrevivirían al episodio tras sendos procesos hospitalarios.
El último del año aconteció en el volcán Llaima. La cordada compuesta por Juan Silva (57) y Diego Silva (28, su hijo) iniciaron su ascenso el domingo 30 de octubre. Tras armar campamento, hicieron cumbre al lunes 31, pero en el descenso, a unos 270 metros bajando desde la Cumbre Sur hacia el suroeste (a cota 2.700), Juan Silva sufrió una caída y rodó aproximadamente 300 metros, producto de lo cual perdió la vida. Su hijo procedió a buscar ayuda, una que se concretó en la llegada de un personal de rescate que no logró revertir lo sucedido.
Fin Parte II
Con esto concluye la segunda parte del recuento de accidentes fatales. En la siguiente, veremos lo acontecido en el año 2023.
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