Violencia en el Everest: El punto de vista sherpa
Luego de los pugilísticos eventos acaecidos en Campamento 2 del Everest el día 27 de abril, ayer lunes se firmó un acuerdo en el campamento base del Everest, donde los alpinistas occidentales, Ueli Steck, Simone Moro y Jonathan Griffith, junto con los sherpas se pidieron perdón por el evento ocurrido y acordaron intentar evitar situaciones como ésta en el futuro.
El grupo de alpinistas prefirieron no presentar una denuncia por lo que significa una cárcel en Nepal y decidieron cancelar su expedición, como explica Simone: “Al final, cuando todos habían soltado un suspiro de alivio, y debo decir que he visto llorar a sherpas y sirdars, he dicho que a pesar de todo yo no puedo en 48 horas recuperar la confianza y el entusiasmo para hacer lo que había venido a hacer. Así que la expedición ha sido cancelada. He abrazado a todos quienes me han agredido. No ha sido fácil, pero lo he hecho. Ahora me quedo aquí sólo para volar con mi helicóptero».
Por su parte Garrett Madison líder de expedición de Alpine Ascents, se ha encargado de entregar la mirada de los sherpas en el conflicto, a través de una carta que comenzó destacando el enfoque unilateral que ha tenido la coberura de lo sucedido, “Cuando esta historia apareció en los medios me di cuenta que los sherpas no tenían una voz…”
A continuación, un extracto del comunicado traducido por desnivel.com donde se entrega la versión de los sherpas sobre el conflicto:
“He ensamblado una versión objetiva de lo sucedido diferente de la que está actualmente en los titulares de los medios de comunicación. Estos detalles provienen directamente de lo que escuché por la emisora de radio el 27 de abril, de mis conversaciones con mucha gente en el campo base durante los últimos dos días incluidos líderes de expedición, guías occidentales, clientes que estaban en el campo 2 durante este incidente y sirdars (jefes sherpa) que supervisan directamente el equipo que fija la cuerda…
Todos los líderes de expedición y sirdars fueron invitados y asistieron a una reunión en el campo base para hablar sobre la estrategia de fijación de cuerdas para esta temporada en el Everest. En esta reunión, todos tenían la oportunidad de proponer la mejor estrategia y ruta para escalar con seguridad la montaña. La reunión concluyó con la nominación de los sherpas fijadores (los mejores disponibles) y las fechas adecuadas para completar el trabajo.
También se acordó en la reunión por todos los líderes de expedición que nadie escalaría en la ruta durante esas fechas excepto el equipo de fijación. Mientras esos jóvenes estuvieran trabajando equipando la ruta para todas las expediciones del campo base, ninguna expedición les interrumpirá o los distraerá. Por desgracia, Simone Moro no asistió a esta reunión, y podría no estar al tanto de que este protocolo es una norma no escrita en el Everest.
Los tres alpinistas europeos partieron la mañana del día 27 hacia la pared del Lhotse. A pesar de las recomendaciones tanto de guías como de sherpas en el campo 2 y bajo la pared del Lhotse de que se dieran la vuelta porque equipar esta pared exije una estricta concentración, los tres alpinistas continuaron hacia la pared del Lhotse ascendiendo a la izquierda de la ruta fijada. Los tres alpinistas ascendían en estilo alpino la pared del Lhotse y se dirigieron hacia su campamento (justo bajo el campo 3 en esta pared).
En ese momento, el equipo de fijación sherpa trabajaba en la pared del Lhotse y había alcanzado una de las zonas con mayor pendiente y más expuesta. La temperatura estaba cayendo y los vientos se estaban reforzando. Mientras el equipo de fijación se movía a través de una sección más pendiente de la pared, los tres alpinistas europeos se encontraron con ellos.
El equipo de fijadores advirtió a los tres alpinistas que no tocaran o cruzaran la cuerda. Este es un entorno de alta intensidad, donde los instintos de la gente se hallan en un estado aguzado. El sherpa líder del equipo de fijadores habló con uno de los tres alpinistas y en ese punto se produjo contacto físico; en ese momento, Simone entró en contacto verbal con cierto número del equipo de fijadores que se habían congregado en una de las reuniones para asegurarse y no deslizarse por la pared.
Simone empezó a gritar, muchas de sus palabras eran en nepalí, y muchas de sus palabras eran provocativas. En ese momento, el equipo de fijación tomó la decisión correcta de soltar sus cargas de cuerda y material, atándolas a la línea instalada, y descender sin mayor interacción o confrontación con los tres alpinistas. El equipo de fijación descendió al campo 2 y fue a sus respectivos campamentos, ya que varias expediciones trabajan conjuntamente en la fijación de la ruta en el Everest.
Mientras el equipo de fijadores descendía al campo 2, Simone pidió por radio saber de qué estaban hablando los sherpas. En un momento dado, Simone dijo por una frecuencia de radio abierta que si los sherpas tenían un problema él podía bajar al campo 2 pronto y “luchar jodidamente”.
Cuando Simone regresaba al campo 2, volvió a emitir en la frecuencia de los fijadores para pedir hablar con el equipo de 16 sherpas (de 8 diferentes expediciones) a su regreso al campo 2. Explicó que quería encontrarse con ellos en el campamentos de una de las expediciones. Cuando llegó al campo 2 se fue a su tienda. En ese momento, varios guías occidentales fueron al campamento de Simone a explicarle que debería disculparse por la situación que su equipo había creado durante un día de trabajo muy peligroso.
Mientras los guías occidentales hablaban con Simone, sherpas de muchas expediciones diferentes se congregaron como resultado de su llamada de radio desde la pared del Lhotse y quisieron hablar con Simone, recibir una disculpa y explicarle lo difícil que había sido su trabajo ese día. Los sherpas sintieron que las palabras e interacciones de Simone les dañaba como individuos, a la vez que insultaban grave y seriamente a la comunidad sherpa entera.
Al acercarse los sherpas al campamento de Simone, creció la tensión y ellos querían tener una conversación con un todavía enfadado Simone. Entonces Simone salió a hablar y ambas partes se enzarzaron en una fuerte discusión, momento en el que un occidental poco cuidadoso que no había estado en la pared del Lhotse llegó y se metió físicamente con un sherpa. Esta fue la chispa para lo que sucedió después. Es seguro decir que los sherpas pensaban que este alpinista occidental formaba parte del equipo de Simone y había empezado una peligrosa confrontación. En este punto, los sherpas sentían que se tenían que defender ya que habían visto a uno de sus colegas atacado. La tensa situación estalló y empezó la pelea”.
Desde la primera conquista de la cumbre del Everest en 1953, siempre se trató de historias de colaboración entre Sherpas y occidentales, siendo los primeros un factor, reconocidamente, primordial en el éxito de cada una de las expediciones que ha conseguido la cumbre. Esperemos que ese espiritu de colaboración, tan característico de la vida en la montaña, no se pierda producto de estos malos entendidos y que la temporada de ascensos que se inicia mañana nos entregue noticias más positivas para destacar.
Fuente: desnivel.com y alanarnette.com