Alta montaña y alta dificultad
Tres de los mejores escaladores de España se pasearon por Venezuela y Colombia abriendo rutas en los lugares más inhóspitos de estos países.
En Colombia su destino fue la Sierra Nevada del Cocuy y más específicamente la gran pared de roca, que parece salir de la nieve, en la cara oriental del Ritacuba Blanco. Esta pared de big Wall ya tenía varias rutas pero ninguna de tanta dificultad.
Entre el páramo, los valles lunares y las lagunas verdes, en un paisaje que parece salir de una expedición a otro planeta, es donde aparece esta enorme y plana pared a unos 5.300 msnm y con más de 700 metros de pura roca. Como si la altura no fuera ya una gran dificultad, a esto se le suma tener que subir la gran cantidad de equipo al campamento base y después al campamento de altura, un porteo de unas dos horas.
En 2010 se abrió Tierra de Condores (800m, 7a+) ruta totalmente en libre que fue trabajo de una expedición mixta entre Italia Venezuela y Colombia, la cual se le suma a dos rutas anteriores abiertas hace más de diez años, que tienen escalada artificial y menos dificultad. Tierra de Cóndores comienza con unos largos extraplomados de buena calidad de roca, pero los últimos 300 metros son de roca de mala calidad y con presencia de nieve derretida, lo cual los hace más peligrosos. Esta ruta mostró el gran potencial que tiene la pared para escaladas de alto nivel.
Ahora, a comienzos de este año, los escaladores españoles reconocidos a nivel mundial, Edu Marín, Marco Jubes y Dani Moreno con la colaboración de uno de los mejores escaladores de Colombia, Ricardo Cancelado, decidieron intentar abrir una ruta por la parte central de la pared de roca, siguiendo una bóveda de enormes techos que nunca había podido ser escalada.
Toda la ascensión fue corriendo contra el tiempo, ya que tenían la vuelta programada con un arriero para que les llevara el equipo en mulas. La metodología fue dormir en repisas que encontraron y tomar el agua de las estalactitas de hielo que se formaban en la roca. Cada día abrían largos, ponían cuerdas fijas y subían el equipo para poder continuar al día siguiente. Tuvieron que sufrir largos de hasta seis horas de escalada con dificultades de 8b y A3.
“Debido al frio, los últimos largos fueron los más duros, casi se me congelan los pies, se me pusieron morados y se me hincharon mucho. Pero conseguimos salir de allí entre los tres, haciendo ese largo prácticamente en artificial. Tuve que poner un clavo de progresión, una uña y con la otra mano poner un spit para poder seguir progresando y protegiéndome porque no había fisuras…una locura…acabamos la vía casi de noche”, cuenta Edu Marin en su blog donde narra esta escalada.
El resultado de todo este sufrimiento fue 8 Amaneceres 500 metros que llegan hasta 8b y A3 a más de 5000msnm, dejando la tarea de liberar todos los largos y mostrando una vez más el potencial de esta enorme pared.
