
El conflicto en Cachemira y su incidencia en expediciones de montaña: repercusiones y planes B
A principios de mayo, un conflicto sonó las alarmas: India y Pakistán -potencias nucleares rivales- se trenzaron en un intercambio de ataques a objetivos militares a lo largo de su frontera, tras un ataque terrorista en territorio Indio. Y aunque el punto más crítico de este enfrentamiento pareciera ser cosa del pasado, las repercusiones para varias expediciones es una realidad que se vivió en terreno.
Es un asunto complejo e histórico. Se viene arrastrando desde hace siglos, y el pasado 7 de mayo alcanzó un nuevo punto bajo. India y Pakistán -dos países que comparten un pasado colonial como parte del Imperio Británico- nacieron en conflicto: apenas los ingleses se fueron del subcontinente en 1947, las tensiones etno-religiosas entre musulmanes e indios estallaron. Pakistán, un país abrumadoramente musulmán, enfrentado a la India, un país en su gran mayoría hindú. Han tenido varias y sangrientas guerras, ambos países manejan peligrosos arsenales nucleares, y estos días las cosas estuvieron cerca de salirse de las manos en la disputada región de Cachemira.
El 23 de abril, un ataque terrorista cerca de Pahalgam, en la región de Jammu y Cachemira, dejó 26 muertos y más de 20 heridos. El grupo terrorista The Resistance Front, vinculado a militantes pakistaníes, reivindicó el atentado y la India culpó a Pakistán de lo ocurrido.
El resultado: días de intercambio de fuego entre los ejércitos de ambos países y más de 30 civiles muertos entre ambos lados.
Al día de hoy prevalece un cese al fuego que se mantiene tras días de mucha incertidumbre, y aunque el escenario es mucho más prometedor de lo que era hace algunos días, algunas expediciones han sentido directamente las consecuencias de las hostilidades.

Ultar Sar (7.388 m). © Brian McMorrow
A Seba Pelletti, escalador y guía australiano radicado en Puerto Natales, el asunto lo tocó de cerca. Su plan, junto al de sus compañeros Ethan Berman y Maarten van Haeren es subir al Ultar Sar (7.388 metros), una gran montaña ubicada enGilgit, Pakistán -a poco más de 200 kilómetros de la zona de conflicto.
“Cuando salimos de Canadá y llegamos al aeropuerto de San Francisco, California, nos dijeron que todos los vuelos estaban cancelados, que se había cerrado el espacio aéreo” cuenta Seba desde Islamabad – capital de Pakistán y a donde finalmente pudieron llegar después de más de una semana de retrasos.
Los planes, sostiene Seba, siguen siendo los mismos.

Chaukhamba III (6.974 m).
Más complicado ha sido el caso para Sean McLane y Vitaliy Musiyenko, escaladores estadounidenses quienes tenían como objetivo el Kishtwar Shivling -montaña que se encuentraprecisamente dentro de la zona de disputa. La situación los llevó a optar definitivamente por un plan B al serles denegado su permiso: el aún inescalado Chaukhamba III (6.974 metros), ubicado en Uttarakhand, India.
Al día de hoy -y tras un cese al fuego mediado por el bullado Donald Trump– la situación ha desescalado de forma notable. No ha habido más incidentes desde el fin de semana, y por el momento pareciera que las expediciones podrán concentrar sus energías en los pegues y no en los misiles.