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Nuevamente se llama McKinley: Trump vuelve a cambiar el nombre del monte Denali
El veinte de enero recién pasado Donald Trump firmó una orden ejecutiva que lleva a la montaña más alta de Norteamérica a cambiar de nombre oficial nuevamente. Pero una cosa es el nombre oficial y otra el que se ocupa de forma cotidiana para referirse a esta mole de hielo.
Desde el mes pasado que es oficial: el monte Denali (6,190 m) vuelve a llamarse monte McKinley tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Fue una propuesta que deslizó en diciembre del año pasado, y que se materializó a finales de enero; una movida que significa el restablecimiento de lo que era su nombre oficial hasta que la administración del ex-presidente Barack Obama lo cambió en 2015 a Denali, el nombre que le dan los locales desde hace centenios.
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Donald Trump, firma órdenes ejecutivas en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC. © AFP – Jim Watson
“En poco tiempo desde ahora, vamos a cambiar el nombre del Golfo de México al Golfo de América, y vamos a restaurar el nombre de un gran presidente -William McKinley- en el monte McKinley, donde debería estar y donde pertenece”, aseguraba Trump ante una multitud a finales del año pasado, al poco tiempo de ser electo nuevamente como Presidente de EE.UU.
Volver a poner el nombre del ex-presidente como el oficial en el punto más alto de aquel continente puede ser efectivo en papel, pero otra cosa es el nombre que le dan los habitantes de Alaska de forma efectiva a este montañón. Los nativos le llaman Denali desde hace cientos de años, y la orden ejecutiva no fue del agrado general en aquel Estado. Después de todo el presidente McKinley, que gobernó desde 1897 a 1901, nunca visitó Alaska.
El monte McKinley o Denali es una montaña que, a pesar de no ser de las más altas del planeta, presenta una prominencia de 6,144 metros. Esto la convierte en una de las más grandes montañas del planeta, además de un tremendo desafío logístico y de alta montaña, al encontrarse clavada en medio de la escabrosa inmensidad de Alaska.
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El presidente republicano William McKinley, a quien se debe el nombre de la montaña, nunca visitó Alaska. © Colección Mckinley Memorial Library