Los Pou logran la primera ascensión a la cara noroeste del Ranrapalca
Los hermanos Pou junto al peruano Micher Quito logran la primera ascensión a la cara noroeste del “Ranrapalca” de 6162m a través de una ruta que bautizan como “Ya Pe’ Cholo” 6b/80o/1200m, logrando un importantísimo hito en su carrera.
Los hermanos Eneko y Iker Pou, reconocidos en todo el mundo por sus expediciones en las montañas más exigentes del planeta, han vuelto a destacar este verano con una notable gesta en los Andes peruanos. Después de completar seis rutas en el Himalaya paquistaní, incluida la destacada «Waa Shakir» 6b/M.5/70º/2200m, pusieron fin a su macro-proyecto denominado «LOS 4 ELEMENTOS» tras casi dos meses de agotadora expedición. En lugar de tomar unas merecidas vacaciones, los escaladores vascos se lanzaron a una nueva aventura en los Andes, en busca de un desafío que habían tenido pendiente desde el año anterior.
La expedición a las Torres del Trango fue un momento crucial para los Pou. Aunque emocionados por la oportunidad, también estaban preocupados por no poder regresar a la Cordillera Blanca, donde habían dejado un importante proyecto sin resolver debido a las difíciles condiciones climáticas. Sin embargo, este año, su determinación y persistencia los llevaron a enfrentar un desafío inédito: la primera ascensión a la cara noroeste del «Ranrapalca», una imponente montaña con casi un kilómetro de desnivel que culmina a 6162 metros.
La idea de escalar esta pared vertical de más de 6000 metros de altitud era un desafío muy poco prometedor para los hermanos Pou, pero no renunciaron a la oportunidad. Después de un intento fallido el año anterior debido a las condiciones climáticas, regresaron con un objetivo claro: conquistar la cara noroeste del Ranrapalca. Acompañados por el experimentado alpinista local Micher Quito, lograron la hazaña en dos jornadas de ascensión, bautizando su nueva ruta como «Ya Pe’ Cholo» 6b/80º/1200m.
La escalada fue extenuante, con una carga de casi 20 kg en sus espaldas, condiciones adversas y riesgo constante de caídas de piedras y hielo debido al calor de la temporada. A pesar de los desafíos, la coordinación entre los tres escaladores fue perfecta. Eneko lideró los primeros nueve largos el primer día, mientras Iker y Micher compartieron la carga. La noche la pasaron en una repisa precaria a más de 500 metros, enfrentando temperaturas bajo cero y peligros constantes.
Al amanecer, la escalada continuó con Iker tomando el liderazgo hasta que, finalmente, Micher tomó el relevo. Su colaboración fue esencial para superar grietas en el terreno. A las 16:15, alcanzaron la cumbre en medio de la emoción y la alegría. Después de un breve momento de celebración, iniciaron el descenso conscientes de que aún enfrentaban desafíos considerables, incluyendo varios rapeles verticales y un glaciar lleno de grietas peligrosas.
A eso de las 17:30 hrs, en el último rapel de roca, casi ocurrió una tragedia cuando un gran bloque de piedra impactó en la cabeza de Eneko. Hubo momentos de angustia hasta que finalmente dio señales de vida. A pesar del golpe brutal, Eneko continuó con el rapel con la ayuda de Micher. El descenso continuó durante varias horas hasta que finalmente, a las 2:00 am, llegaron al refugio-vivac Giordano Longoni, parte de la red de refugios andinos de la “Operación Matogrosso”.
Fue el incidente más grave en una ascensión que los Pou por otra parte califican de brillante y una de las más significativas de su larga y extensa carrera.
Sin duda, los hermanos Pou están dejando su huella en el mundo del alpinismo, en un momento en que, según la visión de los hermanos vascos, » las nuevas generaciones se limitan únicamente a repetir vías solo valorando los números». Su enfoque en la exploración y creación de nuevas rutas vanguardistas les permite contribuir a la evolución del montañismo y dejar un legado duradero en la comunidad global.