Travesía N-S del filo granítico del Bullileo

Por Gonzalo Ossa y Kora Menegoz.

Entre los días viernes 16 y lunes 19 de diciembre, aprovechando que nuestro hijo de 4 años se fue a la playa con sus abuelos, con mi pareja y cordada Kora Menegoz, hicimos la travesía norte-sur del filo granítico que separa los valles del estero Bullileo al oeste y los valles Imposible (también llamado Las Minas) e Invisible al este. Un proyecto que teníamos en mente desde hace años.

Fueron cuatro días de aventura, escalando y desescalando hermosos picos de granito, todos bordeando los 2.000 METROS de altitud.

La expedición comienza en San Fabián de Alico, región del Ñuble. En auto fuimos hasta el fundo Bullileo, distante unos 10km del pueblo hacia la cordillera, donde dejamos el vehículo y comenzamos a caminar por el valle con dirección a la laguna de la Plata (3 hrs), conocido lugar por su belleza escénica. La laguna se encuentra al pie del cerro homónimo, con su tremenda pared de granito que cae a pico hasta la laguna, cerca de la cual en primavera se forman cuevas de hielo. Durante décadas este lugar ha atraído a turistas poco respetuosos por el medio ambiente a pasar días de descanso y fiesta, lo cual terminó generando el cierre de la laguna por insalubridad.

Afortunadamente, gracias a la gestión de varios actores, esta área próximamente debería ser comprada por el gobierno regional de Ñuble y administrado por CONAF, lo que permitiría controlar el acceso y la protección de este maravilloso valle, uno de los más biodiversos de Chile en términos de flora nativa.

 

Gonzalo Ossa al principio del filo. Foto: Kora Menegoz

 

Desde la laguna de la Plata, son 2 hrs más hasta la laguna del Añil, colgada entre granito y ñires, bordeando el límite regional entre Maule y Ñuble. Desde el portezuelo que precede la bajada a la laguna del Añil, nos desviamos hacia el filo que nos quitaba el sueño.

A las 14 hrs llegamos a 1.580 m subiendo hacia el primer domo de granito. Pasamos varios sube y baja y atacamos una escalada fácil (IV) hasta la cumbre, un hermoso mirador sobre la cordillera de la zona, el cerro Negro, la laguna Añil y la laguna del Coigüe.

Desde allí ya se ven los dos cerros que siguen antes de llegar a un amplio portezuelo. Entre escaladas y rapeles, los cóndores nos vienen a saludar, cae la noche y llegamos a este primer portezuelo, con neveros para hacer agua. El primer bivak rodeado por añañucas y orquídeas.

 

Durante los primeros rapeles.

 

El segundo día partimos caminando a las 8 am, ya con sol. Nos dirigimos a la Pirámide del Bullileo. Desde lejos se veía la línea evidente de los cerros a pasar aquel día.

Llevabamos zapatillas de escalada, pero queríamos dar prioridad a los pasos más evidentes, para ahorrar energía. Una canaleta a la izquierda, una travesía a la derecha por una terraza y luego otra canaleta a la derecha nos dejó en la cumbre. Nunca sabíamos a ciencia cierta qué nos esperaba al otro lado, si se podía bajar a pie o si teníamos que hacer rapeles. Finalmente, la pirámide fue fácil de bajar y seguimos a la siguiente cumbre que se sube por un trepe fácil de III y se desciende con tres rapeles de 30m.

Luego vimos a lo lejos una cuarta cumbre, atrás una placa triangular muy vertical y un cerro enorme, el más alto de la travesía, lo llamamos el Monstruo.

 

Vista desde el C1 hacia el suroeste.

 

Para llegar a la primera cumbre se pasa por una sección bastante angosta, ¡como para sentarse a caballo! Y luego de unas canaletas angostas que caen a pique unos 250m, el filo se ensancha, permitiéndonos bordear la placa triangular y el monstruo para poder ver si es posible atravesarlo en las horas de día que nos quedan. Es enorme, decidimos bordearlo por el lado poniente y escalarlo para acercarnos a la cumbre, desde la cual hay una vista espectacular sobre los valles y cerros de la zona (los más altos son el Nevado de Chillán, el volcán Longaví y el Domuyo en Argentina) … Antes que llegara la noche, seguimos al sur, y nos dimos cuenta que la bajada es fácil, con algunas desescaladas simples.

Llegamos a un segundo portezuelo extenso, con vegetación y un nevero, siempre en cara sur. Buscamos una plataforma de roca y nos instalamos para pasar la noche, como reyes en nuestro trono de roca con vista al cerro la Plata. Este bivac se encuentra justo antes del primer circo, una de las dos secciones más impresionantes.

 

Segundo campamento.

 

Partimos el tercer día tipo 8 am, saludando a una hermosa vizcacha. El primer circo amplio de la travesía comienza con una muy pequeña cumbre que ya nos indica lo que se viene… la cumbre en si está sobre 10 metros de bloques sueltos de granito, con un precipicio de al menos 200m a cada lado. Pasamos despacio, cuidando de no mover absolutamente nada, luego pasamos una sección de grandes bloques y placas, para montarnos en un filo de unos 2 metros de ancho que nos lleva a través de varias cumbres y canaletas pequeñas (que nos permiten ver nuestras sombras en las paredes con el sol de la mañana) hasta un filo más alto. Pasamos entre posaderos de cóndor hasta el tercer portezuelo donde encontramos nieve (Sin nieve no tendríamos agua y deberíamos descender).

 

Vista de una sección del primer circo.

 

Almorzamos y cruzamos el portezuelo hasta el segundo circo, quizás el más impresionante de toda la arista. Ya habíamos estado en este circo en febrero de 2022, atacando desde el sur, y habíamos logrado hacer la primera cumbre (la última de norte a sur). Es más largo que el primer circo, y la roca es de mejor calidad. Eran las 16 hrs, no sabíamos si alcanzaríamos a salir al otro lado ese día.

Partimos por un filo angosto, que desde el oriente se ve como una muralla delgadísima, pero en realidad no es tan delgada, seguimos a una cumbre alta esforzándonos por ir rápido. Bajamos y luego otra cumbre, siempre por un filo angosto con sendos acantilados a cada lado de nosotros. A lo lejos se ve una pared de mayor dificultad, pero confiamos que siempre de lejos se ve más difícil que de cerca.

Seguimos avanzando y, ya cerca de esa pared, vimos que efectivamente es más vertical, pero tiene un par de líneas accesibles, y optamos por la “chimenea de Damocles”, una chimenea ancha de unos 20 metros de alto, que termina en un “techo” de rocas de varios metros que se encuentran perfectamente encajadas sobre tu cabeza. Por ahí subimos, con cuidado, sin mover nada y salimos.

 

La «Chimenea de Democles».

 

Se sigue escalando por el lado poniente hasta la cumbre. Es una doble cumbre fácil, pero que termina con un rapel en una pared muy lisa, que cubre todo el ancho del filo. ¡Menos mal hicimos esto en dirección Norte-Sur y no al revés! -pensamos-. Ya nos quedaban los últimos minutos de luz, nos faltaba una pequeña cumbre y luego el filo largo y angosto que conocíamos de febrero 2022…

Cómo no sabíamos si había un rapel atrás de la pequeña cumbre, la pasamos por el lado poniente, en travesía, y llegamos a una canaleta angostísima. Ya oscuro, vimos que no habría sido necesario hacer un rapel.

En la canaleta no se puede proteger, con rocas empotradas y quila, hay que moverse con cuidado, todo está oscuro y nos revolotean curiosos los murciélagos, “la canaleta de los murciélagos”, pensamos. Salimos arriba, y a pura linterna frontal cruzamos el Filo Largo, muy largo y angosto. No veíamos claramente los cientos de metros de caída a cada lado de nosotros.

Lo cruzamos y pasamos una pequeña cumbre más. Intentamos ver qué había más allá con toda la potencia de nuestras frontales, pero no logramos reconocer con certeza lo que supuestamente conocíamos desde febrero.

 

En la imagen, la travesía corre de izquierda a derecha.

 

Un poco desorientados, encontramos una sección que nos desmoraliza: ¿un rapel? ¿Una pasada muy expuesta por el oriente? Era la 1 de la madrugada, estábamos cansados, decidimos ordenar unas rocas, poner unos seguros e improvisar un tercer bivac.

Dormimos mal, incómodos por las rocas metidas entre las costillas, incluso soñé (Gonzalo) que todo se derrumbaba (literalmente).

Al día siguiente, a las 6 am, partimos sin sol, pero con luz y con poca agua, volvimos a la parte más alta para ver lo que venía, y se nos aclaró la película. Avanzamos por un filo descompuesto, bajamos por el oriente, para llegar a una pequeña canaleta que cae a ambos lados y un paso delicado: hay que saltar unos metros hasta la canaleta. Kora decidió rapelar y yo salté. Ahí comienza el fin de la travesía ¡¡Uff!! Un portezuelo donde se divide en 2 el filo; el de la derecha es el que nos llevará a volver a nuestro vehículo.

Faltaba la bajada, la eterna bajada, por una ladera de rocas, debíamos pasar unas cinco quebradas, decidimos bajar al fondo del circo a un pozón a buscar agua, descansar y comer algo, el desvío nos tomó unas 5 horas, continuamos por el filo hacia abajo, hasta la huella que lleva a la laguna de la Plata, de ahí para abajo era terreno conocido.

Llegamos a San Fabián a las 5 de la tarde a ducharnos y comer lasaña.

 

RESUMEN:

Día 1: Fundo Bullileo – C1 (12 hrs)

Día 2: C1 – C2 (10 hrs)

Día 3: C2 – C3 (17 hrs)

Día 4: C3 – Fundo Bullileo (12 hrs)

Material de escalada:

1 cuerda de 60m

4 cintas exprés de 60cm

6 cintas exprés

8 cintas tubulares de 60cm

Mosquetones varios

1 rack de camalot C4 completo

1 rack de camalot C3 completo

20 m de cordín para dejar en los rapeles

Reverso + cordín de seguridad

Arnés

Casco

Buril + martillo + broca 10mm + soplador + llave 17 (no se usaron)

5 chapas con pernos + maillón rápido (no se usaron)

Época recomendada

Noviembre a octubre, para asegurarse de tener nieve para derretir y tener agua.

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