Helmut Kocking de El Muro: “Estamos preparándonos para la apertura, pero no es fácil”
Los gimnasios de escalada han sido fuertemente golpeados por la pandemia. Ahora que se acercan las aperturas, Helmut Kocking, uno de los fundadores del Gimnasio El Muro, narra cómo ha sido cerrar por tantos meses y qué aprendió de esta experiencia.
Por Camilo Castellanos
Con los restaurantes y malls abiertos y con las personas saliendo a las calles, quedaba una incógnita: ¿cuándo podrían abrir los gimnasios? La duda se saldó el fin de semana. Luego de que el gremio presionara al gobierno, y siguiendo los pasos del hemisferio norte, los gimnasios y muros de escalar podrán volver a abrir sus puertas en fase 4. Sin embargo, la pandemia fue un golpe fuerte para el sector. “Las perdidas que hemos tenidos son inconmensurables. Ha sido una locura”, dice Helmut Kocking, uno de los fundadores del Gimnasio El Muro con sedes en Vespucio (Las Condes) y Larraín (La Reina).
Tuvieron que cerrar por gran parte del año, ¿cómo consiguieron sobrevivir?
Nos acogimos a prácticamente todas las ayudas que había disponibles. Nos acogimos a la ley de Protección al Empleo para las personas que teníamos contratadas y para los que estaban con honorarios teníamos unos ahorros que nos permitieron pagarles por algunos meses, en los mismos porcentajes que la ley de protección del empleo, hasta que se nos acabó la plata. A eso se sumó que ya teníamos varios créditos, por lo que tuvimos que acogernos a la suspensión de pago por tres meses y después tuvimos que pedir un Crédito Covid-19. Con eso nos hemos mantenido, pero estamos muy preocupados. Creemos que podemos resistir hasta diciembre, pero se nos está acabando la plata. Justo este sábado tuvimos buenas noticias de que podemos abrir en fase 4. Estamos preparándonos para la apertura, pero no es fácil
¿Qué implica abrir en medio de una pandemia?
Estamos decidiendo qué hacer, pero ya tenemos claras varias medidas. Un quorum de 50% y protocolos de seguridad como alcohol gel, sanitización cada hora, zonas demarcadas, entre otras medidas. Lo más complicado es cómo organizar los horarios: pretendemos funcionar con tiempos donde solo habrá clases y tiempos donde sólo habrá escalada libre. Ambos tienen que ser en un horarios de máximo dos horas y las sesiones libres tendrán que ser reservadas. De hecho, ahora estaba viendo sistemas que están usando en España para ver si los podemos implementar para las reservas. Pero tenemos varias complicaciones, quedamos con clases pendientes, gente congelada. Necesitamos abrir, lo principal es echar para adelante lo antes posible.
«Ahora uno puede organizarse y darle tiempo a cosas importantes de verdad»
¿Qué crees que se puede aprender de esta experiencia?
Se puede aprender que somos susceptibles. Siempre creemos que está todo seguro y, de repente, te das cuenta de que no. A todos nos ha cambiado esta pandemia, nos ha hecho pensar en el futuro, en tener un futuro más autosustentable y no depender tanto de factores externos. Y no se puede decir que el problema lo tengo yo y nadie más, es un tema nacional, de incertidumbre. En lo positivo, por mi parte he estado con tiempo para leer y experimentar cosas que nunca había tenido tiempo para hacer. He estado haciendo presas y eso no lo podía hacer en la vida normal, no me daba el tiempo ni la cabeza. Ahora uno puede organizarse y darle tiempo a cosas importantes de verdad.