Chile logra récord Sudamericano de Highline

Matías Grez en el Highline. Foto: Fernando Cornejo – Urayaku


Cuando recién comenzaban las cuarentenas en el país, un grupo de deportistas consiguió caminar un kilómetro en una cinta a 250 metros de altura.
Por Paula Fernández y Matías Grez
Todo comenzó días antes que la pandemia se desatara en el país, cuando los integrantes del grupo deportivo de Highline Cinta Floja intuyeron lo que vendría a causa del COVID-19. Así, antes de que se decretara, el equipo actuó rápidamente para pasar la cuarentena en la pre-cordillera de Curicó, específicamente en el sector de Potrero Grande, donde han desarrollado este deporte en los últimos años. Además, esta zona es especial para ellos. Aquí fue donde todo comenzó para los principales deportistas del equipo y donde se realizó el primer récord sudamericano de Highline en Chile, con los 420 metros de distancia que cruzó sin caer el equilibrista Joaquín Neira.
Ya ubicados en Potrero Grande, el equipo dio inicio al proyecto más importante de sus vidas. La intención era montar un Highline de un kilómetro de largo, algo ambicioso, pero que estaban dispuestos a planificar y llevar a cabo paso a paso.
Para dar inicio al montaje lo primero fue buscar un lugar apropiado y los anclajes indicados. Los deportistas tuvieron la suerte a su favor, ya que dieron con el lugar perfecto, y la distancia y altura necesarias para el montaje, con dos Robles (Nothofagus obliqua) que estaban en perfecta condición para ser usados como anclajes naturales.

Foto: Nicolás Tamayo – Urayaku


Una vez encontrado el lugar, la misión fue portear el equipo a la cumbre de cada cerro, donde 400 metros fueron llevados al anclaje A, 300 metros fueron depositados en el valle y 400 metros en el anclaje B. Una vez con todo el equipo en terreno se logró realizar con éxito el envió de toda la cinta por tramos.
La forma de enviar la cinta es aún otro cuento: primero se manda un drone con hilo de pescar de la forma más limpia posible. Una vez que se logra conectar de forma exitosa, se debe continuar con un cordín que se envía amarrado al hilo de pescar. Ya pasado todo el cordín se puede comenzar con el envío de las dos cintas, una principal y otra de seguridad o Backup.
Con la cinta pasada, quedaba el levantamiento y tensión del Highline. Esto se logra gracias a la multiplicación de fuerzas a través de poleas, cuerdas, frenos y, sin duda lo más importante, muchas ganas de querer caminar por una cinta de 1.000 metros de largo y 250 metros de alto.

Foto: Nicolás Tamayo – Urayaku


Para lograr concluir el montaje se necesitó mucha pasión y paciencia. Esto, ya que todo el trabajo fue realizado por solo cuatro deportistas:  Ignacia Saraniti, Joaquin Neira, Matías Grez y Andres Anguita.
El récord Sudamericano se superó con creces, al lograr una distancia entre anclaje y anclaje de 1.000 metros, cruzada sin caídas por Joaquín Neira. Pero eso no fue lo único. Con esta caminata también se rompió el récord mundial en esta disciplina. Es la primera vez que se logra cruzar sin caídas un Highline de 1.027 metros de largo con cinta de poliéster.
La mayoría de los récords de distancia en Highline han sido con cinta de dyneema, la cual tiene la mitad del peso y una menor elasticidad. El realizar un Highline de estas dimensiones con una cinta de poliéster, de 60 gramos por metro, desafía los límites de dificultad en un deporte que en nuestro país cada vez gana más adeptos.
Pero, ¿cómo se logra caminar por una cinta a tanta altura y de tanta distancia? El secreto, nos cuentan estos deportistas, fue mantener la atención totalmente en el presente, soltando los miedos y pensamientos que desequilibran, para así confiar plenamente en lo que somos capaces de hacer. Una estrategia que, tal vez, nos puede ser útil para sortear estos momentos complejos de cuarentenas.

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