Anglo American refuerza su lobby en medio de polémicas por daños a glaciares
Cuando se le acusa de usar normas que no serían suficientes para medir el daño en glaciares y mientras se discute una ley en el Congreso precisamente para protegerlos, la firma inglesa fue la que realizó más lobby en el último año. Sus reuniones fueron con las principales autoridades medioambientales y económicas.
Por Camilo Castellanos
Las críticas a la empresa inglesa Anglo American por el posible impacto de sus mineras y, especialmente de su nuevo proyecto, Los Bronces Integrado, el mayor proyecto minero de la Región Metropolitana (una inversión de US$3 mil millones), se han repetido por años. Ahora, se suma una nueva arista: la empresa está usando una norma suiza para medir el impacto en los glaciares de este proyecto. Una norma que sería insuficiente para analizar el daño.
Frente a esta polémica y una ley de glaciares que se discute en el Congreso hace años, la empresa ha redoblado sus esfuerzos de lobby, según un análisis realizado por Revista Escalando de infolobby. Anglo American es la empresa que más lobby ha hecho en los últimos 12 meses en Chile.
Y las reuniones de la empresa inglesa se han centrado en las autoridades ambientales y las relacionadas al proyecto Los Bronces Integrado. Entre los más visitados por la empresa está Hernán Brücher, director del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA); el alcalde de Lo Barnechea, Cristobal Lira, comuna en la que se encuentra Los Bronces; Juan José Obach, quien fue Director de la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) del Ministerio de Economía y ahora es jefe de gabinete del ministro de Hacienda; y el ministro de Minería Baldo Prokurica.
El “error” legal
La nueva arista en contra de Anglo American surgió cuando el medio británico DesmogUk señaló que la empresa, “por error”, había aplicado la norma suiza de contaminación para ver el impacto en los glaciares. Una norma que, según el medio y expertos nacionales no mide efectivamente el impacto.
«Anglo American estaría usando errádamente estándares suizos de polución (para depósitos de polvo en tierra) y los aplicaría para polvo en suspensión. Este estándar no mide el hollín generado por las operaciones mineras, un contaminante que tiene un impacto mayor sobre los glaciares que el polvo de mineral, lo que eventualmente daría cuenta de una afectación que podría ser mayor a la calculada», explica Jorge Canals, abogado ambiental socio de Moraga y Cía.
Pero la decisión de utilizar la norma Suiza no se debe a «un error» de Anglo American, sino más bien a las limitaciones de las normativas chilenas. Una normativa que ha sido totalmente insuficiente para proteger los glaciares en los últimos años.
“El Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental de Chile ha validado el uso de la norma suiza para evaluar la afectación en glaciares en Estudios de Impacto Ambiental de otros proyectos que ya cuentan con Resolución de Calificación Ambiental (RCA)”, señaló Anglo American al diario La Segunda. Y efectivamente esa norma está validada.
El reglamento actual señala que, en ausencia de normas nacionales, las empresas pueden utilizar reglamentos de un catálogo de países: Australia, Japón, Canadá, Argentina, Brasil, Estados Unidos… Anglo American se decidió por la de Suiza.
“Hay un grado de discrecionalidad importante en la reglamentación. Las empresas pueden escoger de ese catálogo el reglamento que creen más apropiado”, reconoce un abogado ambiental que prefiere mantener el anonimato. Esto llevaría a la problemática de que, las mismas empresas, pueden elegir la vara con la que se evalúa su impacto en el medio ambiente y, en este caso, en los glaciares.
Moraga cree que, sin embargo, todavía las autoridades pueden contener el posible impacto del proyecto de Anglo American. «Dado que se encuentra en tramitación dentro del SEIA, instrumento eminentemente preventivo, lo que corresponde es que aquellos organismos con competencia en la materia (DGA; Sernageomin, etc.) evalúen incorporar en sus requerimientos las modelaciones suficientes para evitar los impactos», explica.
Sin embargo, esto no sería suficiente para proteger los glaciares frente al impacto de las actividades económicas, especialmente, cuando 98% de los glaciares de Chile están retrocediendo actualmente. Moraga reconoce esto y admite que se requiere muchísimo más que la aplicación de una norma de referencia para la efectiva protección de los glaciares.
¿Una ley imposible?
Desde hace 14 años se discute en el Congreso diferentes proyectos de ley para la protección de los glaciares. Y, en todo ese tiempo, y pese a la presión de agrupaciones como Greenpeace y el “lobby verde” de fundaciones como Chile Sustentable o Terram, no han conseguido avanzar.
El problema, dice José Andrés Cash, quien fue el encargado legislativo de la ley de Glaciares que se envió durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, es que, en Chile, en gran parte debido a que al menos el 10% del PIB depende de la minería, la discusión sobre protección de los glaciares se ha atrincherado e ideologizado. La disputa está entre los que creen que el impacto se debe ver por proyecto, caso a caso, versus los que creen que no se debería afectar por ningún motivo ni en ninguna magnitud a los glaciares.
Cash es pesimista frente a los proyectos de ley de protección de glaciares. “Tengo la convicción de que en el Congreso no se va a solucionar nunca, el país no se pone de acuerdo”, advierte. Cree que un camino más realista es renunciar a una nueva ley y enfocarse en fortalecer la normativa técnica, la evaluación ambiental de componentes glaciares y la fiscalización por parte de la DGA.
Con eso, se podría generar una reglamentación nacional que evite, por ejemplo, que Anglo American pueda recurrir a la normativa suiza para analizar su impacto en los glaciares chilenos.