Obituario: Jim Bridwell (1944-2018)
A los 73 años de edad ha muerto una de las mayores leyendas de la escalada y el alpinismo en su hogar en Palm Springs, California. Un ícono que no solamente formó y deformó la escalada a su manera en Yosemite con más de 100 rutas, si no que a lo largo y ancho del mundo, principalmente en Alaska y Patagonia. Jim Bridwell, un irreverente que en su escalada deja tallado el ímpetu y el espíritu de una generación convulsionada y dispuesta a hacer las cosas a su psicodélica manera, empujando los límites de lo posible.
Corría el año 1979 y junto al también estadounidense Steve Brewer, Jim completaba el primer ascenso en estilo alpino del Cerro Torre, la misma que Lionel Terray describía décadas antes como una “montaña imposible”. Era también la primera vez que se subía de manera íntegra la polémica ruta del compresor abierta por Cesare Maestri en 1959. Quizás este hazaña nos muestra la ética de Bridwell de la manera más nítida: buscar lás paredes más duras del mundo para enfrentarlas con la ética más pura posible.
Nacido en San Antonio, Texas, Bridwell fue sin duda alguna el impulsor más grande de la escalada en Yosemite durante los 70´s. Junto a John Long y Billy Westbay fueron los primeros en subir la famosa ruta The Nose por el día en 1975, un hito que brilla por luz propia hasta nuestros días, uno que se yergue como un antes y después.
Aunque asociado al auge de la escalada libre en las grandes paredes de granito, Bridwell fue también un motor invaluable a la hora de empujar la dificultad en rutas de artificial. Sus vías en Pacific Ocean Wall (VI 5.9 A4, 1975.) y Sea of Dreams (VI 5.9 A5, 1978.) del Capitán son sinónimo de lo más difícil y comprometido de la época.
En 1981 completó junto al legendario alpinista estadounidense Mugs Stump la ruta Dance Of the Woo Li Masters (VI 5.9 WI4+ A4, 1520m) en la cara este del Moose´s Tooth, en Alaska, una escalada que no resuena tanto por estos lados pero que los vio enfrentados a las condiciones climáticas más hostiles con un equipo mínimo.
Además de su prolífica y visionaria carrera como escalador, Bridwell fue también el creador del Yosemite Search and Rescue (YOSAR) que hasta nuestros días funciona como el cuerpo de rescate por esos lados.
Bridwell falleció por complicaciones asociadas a una hepatitis C que lo tenía afectado desde hace un tiempo. Su hijo Layton Bridwell lanzó una campaña en Gofundme donde explicaba que la razón más probable de la contracción de esta enfermedad fuese un tatuaje hecho por un caza recompensas en Borneo durante los 80s, cuando él aun no nacía.