Lucho Birkner culmina proyecto en Bosque Mágico
“Huelén” se llama la ruta que el escalador logró este lunes en el Arrayán. Con esto se agrega otro octavo grado (8a+/b) a la cueva del Bosque Mágico.
“Esta ruta la equipé yo mismo hace alrededor de 5 años, y se mantuvo como muchas otras de ahí, en el olvido por la dificultad que aparentan. Aún así había tenido intentos de fuerte escaladores sin lograr la cadena”, comenta.
Con este ascenso, Birkner cierra un ciclo que nace cada vez que equipa una ruta y que va desde que visualiza la línea, hasta que logra hacer sonar las cadenas. “Es ahí cuando siento que mi pega esta completamente hecha”, afirma el escalador sobre el proceso de equipamiento de una vía.
Cada vez son menos los proyectos que van quedando en esta famosa y concurrida zona. Es probable que en menos de un año ya no queden más proyectos aquí y todas sus rutas tendrán nombres y grados. “Así la comunidad escaladora podrá medir de manera más certera su nivel de escalada”, concluye Lucho.
«El Baño Mágico»
El Arrayán es conocido como «El Bosque Mágico» por un importante sector de la comunidad. Si bien han sido varios los intentos por mantener limpio el sector, la inconsciencia y el gran número de visitantes que recibe durante el año han degradado enormemente el lugar.
El problema ha sido cubierto en diferentes campañas audiovisuales y se han realizado varias jornadas de limpieza, sin embargo basta alejarse unos metros del sector de escalada para toparse con diversas asquerosidades dejadas como recuerdos por quienes visitan el bosque.
Como buen local y desarrollador del sector, Lucho ha asumido un indiscutible liderazgo a la hora de generar instancias para discutir sobre el tema y actuar en forma concreta y decidida a favor de la protección de uno de los lugares más visitados por la comunidad escaladora capitalina.
Con la temporada alta a punto de dar inicio, el escalador nacional aprovechó la conversación con Revista Escalando para hacer un llamado a comprometerse de manera activa en el cuidado de esta y otras zonas de escalada. «Se han visto cambios luego de las campañas, pero aun no son suficientes. Basta alejarse unos metros para encontrarse con papeles y círculos de fuego en sectores no habilitados», comenta Bikner.
Si bien el sector es principalmente frecuentado por escaladores, no es posible asegurar que los restos de fogatas y asados sean dejados por ellos, para Lucho el llamado a la comunidad apunta a la consciencia y la colaboración, «No puedo decir que es responsabilidad de escaladores, pero me extraña que la comunidad no se haga cargo del cuidado del lugar, llevándose los papeles o basura que encuentren o, simplemente, llamándole la atención a quienes muestren un comportamiento que atente contra el cuidado del lugar».
Los dejamos con una de las campañas realizadas y los invitamos a transformarse en agentes de cambio en favor del cuidado de las zonas de escalada de nuestro país, un patrimonio que si lo cuidamos y respetamos se transformará en el mejor legado para las nuevas generaciones de escaladores.