Certificación UIAGM: ¿Por qué en Chile no?
La Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña (UIAGM) funciona como el único ente internacional que da representación a las asociaciones de guías de montaña de todo el mundo, es el paraguas que fija los estándares mínimos para la certificación de todo guía de montaña en sus países miembro, un club al que no es fácil acceder y el cual ha formado guías según el estándar más alto al cual estos pueden aspirar.
Argentina, Bolivia, Perú, y más recientemente Ecuador son los únicos cuatro países sudamericanos de los veintitrés que forman la UIAGM. Desde la incorporación de Perú en 1990 hasta la adición de Ecuador este año, ya son casi tres décadas de tradición en formación de guías de montaña según este modelo en el continente, y más de cincuenta años a nivel global desde que se fundara en Italia en 1965
¿Pero qué pasa con Chile?
A pesar de que todos nuestros vecinos cuentan con la capacidad de formar guías de acuerdo a este estándar y de que somos un país de montañas, Chile nunca ha formado guías que tengan certificación internacional, debiendo trasladarse, comúnmente, a Bolivia todo aquel aspirante chileno que pretenda obtener esta certificación internacional. ¿A qué se debe esto y hacia dónde avanza el país en esta materia?
Gonzalo Vilches, Presidente de la Asociación Chilena de Guías de Montaña (AGAM)
“Yo creo que gran parte tiene que ver con la reticencia de guías -sobre todo los mayores de 35 años- a ser reevaluados en cuanto a sus capacidades. Tenemos muy buenos guías en el país, con muy buena formación y años de experiencia que no están dispuestos a ser mal evaluados”. Gonzalo Vilches, presidente de la Asociación de Guías de Alta Montaña (AGAM) y formado como guía UIAGM en Bolivia, cree que este es uno de los principales motivos por los cuáles establecer un patrón de acuerdo a la norma internacional no cuenta con apoyo en el medio local. Aun así, destaca la importancia de los guías locales, formados para afrontar las condiciones específicas de sus montañas, oficio que según él no necesariamente requiere las competencias exigidas por la UIAGM:
“Se debe también destacar la importancia de los guías locales. Ellos conocen su zona. Los guías locales del Villarrica conocen su montaña, son muy capos, saben lo que tienen que hacer, lo mismo con los guías del norte […] ahí no hay mucho más que aportar […] para un guía que siempre trabaje en distintos lugares, ahí tiene que haber un entendimiento más acabado”.
Para Pedro Pablo ‘Pepa’ Sermini, aspirante a guía UIAGM formado también en Bolivia, la certificación ofrecida en este caso ofrece a los guías locales la oportunidad de elevar las opciones profesionales, y entiende la exclusión de Chile del proceso como un asunto en gran parte con raíces históricas:
“Es una oportunidad de profesionalizar este oficio […] es el único título reconocido prácticamente en todo el mundo, por eso nació la necesidad de si quiero ser un profesional de la montaña, me voy a formar como un guía profesional […] Chile no tuvo un apadrinamiento de los europeos como sí lo tuvo Perú o Bolivia. Los suizos fueron a Perú y formaron por décadas a tremendos guías, a un montón, y lo mismo hicieron los franceses con Bolivia […] en gran parte porque las montañas chilenas se pueden subir caminando, a cinco mil o seis mil metros”.
Pedro Pablo Serimini, uno de los chilenos que cuenta con certificación internacional
Aun así, asegura que la inclusión de Chile en la Asociación es una cuestión de tiempo:
“Lo que pide la UIAGM para que se haga el curso o la formación en Chile es que haya una masa crítica de guías de montaña, y eso recién se está logrando. Entonces, en el futuro a mediano plazo deberíamos tener formación de guías UIAGM en Chile, por cómo vamos. En este momento hay 5 aspirantes que hicimos el año pasado el curso, y este año hay cuatro aspirantes. Entonces somos nueve aspirantes más ocho o nueve guías certificados, entonces eso nos da masa crítica para ser postulantes”.
Si el estándar UIAGM es necesario para la formación de todos los guías chilenos, si es algo que se pueda adaptar a la realidad local -con la variedad de entes formadores repartidos a lo largo de esta angosta franja- es un tema que está abierto al debate y que no se zanjará de manera expedita, pero la realidad de las cosas es así: Ya son casi veinte los aspirantes o guías chilenos certificados por la UIAGM que han tenido que viajar a La Paz a formarse a pesar de vivir en uno de los países más montañosos del mundo.
