La escalada a través del lente
Viviendo grandes momentos de felicidad con los amigos, en medio de la montaña, montando grandes paredes, logrando metas que otorgan satisfacción personal, recorriendo varias ciudades y campos, sería difícil no sentir la tentación de tomar una buena fotografía, además de ser una posibilidad para explotar un nuevo talento que está al alcance de todos los deportistas y aventureros del mundo outdoor. Más aun en la época actual, donde la imagen juega un rol protagónico en nuestro entorno.
En el mundo de los deportes al aire libre, contar historias a través de la fotografía parecería ser algo normal, sin embargo, llegar a ser un buen fotógrafo o fotógrafa conlleva la voluntad de explotar el espíritu aventurero y prestar atención a esa experiencia mientras se planifica la captura perfecta.
Si bien hoy las redes sociales han democratizado el arte y especialmente la fotografía, no basta con tener un smartphone para consolidarse en una escena local cada vez más competitiva y profesional. Especialización, perseverancia, profesionalismo y autenticidad pasan a ser variables claves a la hora de buscar sobresalir entre la cada vez más poblada fauna de fotógrafos dedicados a retratar la vida y las actividades al aire libre.
Conversamos con un par de exponentes nacionales, parte de una nueva generación de profesionales que a punta de esfuerzo y creatividad se han abierto paso o buscan hacerlo. Quisimos saber sobre su experiencia y cómo, cada uno en su propio nivel de evolución, visualiza el rol del fotógrafo en la industria y comunidad outdoor, además de pedirles consejos para aquellos que, al igual que ellos, se han motivado a usar una cámara como instrumento para documentar sus experiencias.
Carlos Lastra:
“Yo creo que la regla básica del fotógrafo es anteponerse a lo que va pasar, por lo mismo tienes que conocer lo que estás haciendo, porque se nota mucho cuando la persona que toma la foto conoce la disciplina, o solo lo está haciendo por la moda del outdoor” señala Carlos Lastra, fotógrafo que actualmente realiza trabajos con marcas como The North Face y Haka Honu.
Lastra se insertó en la fotografía y el mundo audiovisual cuando comenzó a escalar, hace unos cinco años. En ese momento estudiaba psicología, pero decidió darle el vuelco a esa carrera para experimentar en el mundo audiovisual, camino que le llevó a concretar grandes proyectos donde unió lo mejor de sus dos pasiones.
El creativo destaca que mantener los sentidos abiertos a lo que está pasando en el entorno y “lo que quieres mostrar” es esencial, además de la capacidad de adaptación a esa situación. “Si te vas a mochilear, tienes que cachar bien qué cámara te sirve para ese estilo de vida, porque no sacas nada con quizás gastar más plata en una gran cámara y cinco lentes con algo que al final va a ser una joda. Tienes que ir liviano”.
Lastra recomienda, además, comenzar a experimentar las dotes fotográficas con cosas simples y cotidianas. “Si vas caminando y ves algo que te gusta, no decir ‘puta qué paja’, si no que sacar la cámara y atreverte a tomar la foto que, quizás, no te va salir como quieres, pero atreverte a hacer un registro para saber en qué fallaste, qué mejorar, o saber si te adelantaste”.
**Para saber más de Carlos Lastra, te invitamos a revisar su experiencia en la edición N° 46 de este mes,
Francisca Delaporte
La fotógrafa y publicista comenzó a explotar sus sensibilidades con la naturaleza cuando conoció el mundo de la montaña, aunque declara que siempre tuvo un “amor romántico por la naturaleza” y por eso decidió enfocar la fotografía en mostrar su belleza. De un tiempo a esta parte, la artista ha impulsado varios proyectos, fotografiando cordadas, surfistas, fauna silvestre y paisajes de todos los tipos.
Como consejo, Delaporte enfatiza tomar en cuenta las pautas más básicas de la composición donde se encuentra, por ejemplo, la regla de los tercios la cual “ayuda a equilibrar la imagen, y le da una mayor sensación de profundidad”.
“La regla de los dos tercios consiste en situar tu objeto de interés en uno de los tercios de tu encuadre. Este se logra dividiendo la fotografía en tres partes iguales, tanto horizontal como verticalmente, los puntos de intersección de las líneas trazadas son los llamados centros de atención” donde podrás colocar el foco.
A su vez, la fotógrafa señala que el nivel de luz juega un rol importante. “Definitivamente las mejores horas de luz son en el amanecer y el atardecer. Son las horas mágicas del día, donde los colores se ven potenciados ya sea por tonalidades azules o doradas. Siempre buscamos evitar la luz dura, como la que da a las 12 del día, ya que las sombras y las luces altas están muy contrastadas”.
Además, Francisca destaca que para retratar montañas o amplios paisajes, dando a entender la envergadura y la inmensidad de este espectáculo “ayuda situar un sujeto en nuestro encuadre. Este sujeto no busca ser el protagonista de nuestra escena, es más, se pierde en ella, pero nos ayuda a generar una escala visual de lo que estamos viendo”.
Finalmente, señala que enfatizar las líneas que contiene la escena nos servirán para componer que escena que queramos retratar. Con esto se refiere a que, por ejemplo, el filo de una montaña, el horizonte, las rocas, y ellas nos permiten guiar la mirada en nuestra fotografía. “Cuando las líneas convergen todas en un punto, esto se llama punto de fuga y ayuda a dar una composición con mayor profundidad y armonía”.
De esta forma podemos atisbar una especie de guía para tomar en cuenta a la hora fotografiar nuestras aventuras al aire libre:
- Siempre atreverse a experimentar y mejorar, tomando fotos donde estemos.
- Ser práctico y adaptarse a los obstáculos que nos pone la naturaleza.
- Identificar la regla de los “tres tercios”.
- Buscar horas de buena luz, que podría ser al amanecer o atardecer.
- Situar un objeto en la fotografía que permita comprender la profundidad de la imagen.
- Identificar las líneas y componer de acuerdo a ellas para encuadrar nuestra imagen.