Enamórate del proceso
«Mientras más pienso en la muerte, más valoro la vida», cita tomada prestada de una de las figuras más importantes de la escalada internacional, justamente de aquel que le dio forma a la escalada deportiva que conocemos hoy, el alemán Wolfgang Güllich.
Es en una pared de mi hogar donde expongo esta cita, como recordatorio, no solo de aquellos que ya no están conmigo, sino que del hecho de que por más trágica que sea la muerte, lo es debido a que la vida tiene un valor. Sólo si fuera despreciable, la muerte no sería un tema relevante.
Es esta última reflexión la que me permite cambiar de estado anímico cuando mi cabeza comienza a llevarme a recuerdos dormidos o a proyectar un futuro incierto. Independiente de lo que esté sucediendo en el presente, es parte de estar vivo. Parte del aprendizaje y del viaje que tiene para todos un mismo destino, la fusión con el todo.
Al igual que en la escalada, en la vida avanzamos paso a paso. A veces olvidándonos por completo del momento presente a cuenta de la proyección del éxito al llegar a las cadenas al final de la ruta, o en el diálogo personal con nuestro ego o, simplemente, en el miedo paralizante que no solo se apodera de tu mente, sino que también de tu cuerpo.
«Disfrutar el proceso» es un consejo zen que nos recuerda hacer las pases con el presente, con ese crux que no nos sale o con cualquier situación de la vida que se transforma en algún tipo de obstáculo a superar. Hay valor en agachar la cabeza y asumir que en ese momento nos toca aprender y no dar cátedra. Es momento de ser humilde y perseverante, ya que ha sido el camino antes recorrido el responsable de haberte puesto en aquella instancia, frente a esa oportunidad de salir fortalecido, de incluir algo nuevo a tu mundo de experiencias.
Toda esta reflexión queda plasmada en la siguiente producción, donde Hazel Findlay y, principalmente su Padre, Steve Findlay, reflexionan sobre el impacto que la práctica de deportes de riesgo similar a la escalada aportan en la educación de los hijos y a la vida de los individuos en general. «Crear la posibilidad de visualizar algo a la distancia, que digan Yo quiero eso y luego hagan que las cosas sucedan para realmente obtenerlo», es algo que destaca Steve, junto al espíritu de aventura inherente al ser humano, como ingredientes claves en el crecimiento y maduración de las personas.
«Si realmente quieres hacer algo solo tienes que ir y hacerlo», concluye Hazel. Enamórate del proceso, permite que te transforme. Luego mirarás hacia atrás y entenderás lo que necesitabas aprender, lo que tenías que experimentar en carne propia, lo que faltaba incluir dentro de tus enseñanzas. Agradece el obstáculo que se coloca frente a ti como un maestro, dispuesto a explicarte y enseñarte con la mayor paciencia del mundo. Respira, salvo la muerte, todo tiene solución y hay placer en el proceso de su búsqueda.