La historia detrás de "La esclavitud del miedo"
«La esclavitud del miedo» (Historias del Himalaya perdido), es el tercer libro de Rodrigo Fica Pérez, obra que se suma a “Bajo la marca de la ira” (2005), la que es hoy en día una pieza de culto para quienes vibran con la literatura de montaña, y “Crónicas del Anticristo” (2013), publicación que se ha convertido en una pieza clave, crítica y certera, para entender los últimos 10 años de montañismo en Chile. Es por los antecedentes de sus publicaciones previas, que “La esclavitud del miedo” genera tanta expectación en una comunidad sedienta de historias y verdades. Ad portas del lanzamiento de su nueva obra, quisimos conversar con Rodrigo Fica para que el mismo nos contara de qué trata.
– Por Sergio Infante –
Rodrigo, antes de sumergirnos en el mundo de la esclavitud del miedo me gustaría preguntarte si hoy por hoy te defines como escalador‑escritor o escritor‑escalador.
A la chilena. Ni lo uno ni lo otro. Sino que todo lo contrario.
¿Podrías contarnos a grandes rasgos de qué trata esta obra?
Es acerca de mi búsqueda por develar la «zona de la muerte», aquel mundo que se da por sobre los 8.000 metros y que solo se encuentra en Himalaya. En cuyo desarrollo me topé con otro similar que llevaba a cabo mi amigo Rodrigo Echeverría. Dinámica de la cual, casi sin querer, nació el deseo de narrar la historia completa del himalayismo chileno; lo que me llevó a revisitar casi 80 años de actividades de compatriotas por los 14 ochomiles.
¿Cómo nace la idea de escribir “La esclavitud del miedo”?
Honestamente, y no lo digo por falsa modestia, no creo tener talento para escribir; quizás disciplina y pasión, pero ¿genialidad?, no. Sin embargo, lo que sí tengo es saber identificar una buena historia. A veces estoy en un asado, o en una reunión, y alguien empieza a contar alguna anécdota o algo que le ha pasado en su vida; y me basta escuchar un minuto para inmediatamente darme cuenta si esa historia tiene potencial para, como digo yo, ser compartida. Y después de eso la forma de cómo hacerlo da lo mismo; cuento, libro, video… Eso se ve después. Lo esencial es que hay una historia ahí esperando por ser contada.
No importando dónde estuviera, era importante hacer el esfuerzo de continuar escribiendo y desarrollando ideas.
Aquí en el motor home de Jim Donini, en Indian Creek, USA. Foto: Rodrigo Fica
Que fue exactamente lo que me ocurrió tras terminar la última expedición que tuvimos en Himalaya. Una vez alejado de lo urgente, cuando tuve calma para entender lo que había ocurrido, me di cuenta inmediatamente que había sido testigo de una historia sobresaliente, profunda e intensa. Una que, de no hacer algo yo al respecto, se perdería para siempre. De ahí nació la compulsión para compartirla con los demás. Si la única duda que tuve era si era mejor expresarla como un video o como un libro. Poco después entendí que esta última era la única forma para contarla como se merecía.
¿Cuánto tiempo te tomó tener la obra lista?
La expedición terminó en mayo del 2012. El proceso de decidirme a escribirlo me tomó un mes más. Pero para concretarlo lamentablemente primero tenía que terminar de escribir «Crónicas del Anticristo», lo que me tomó todo el 2013. Así es que en rigor solo a principios del 2014 comencé; por lo tanto, son casi dos años y medio de trabajo. No a tiempo completo, pero constantemente. Adonde fui me llevé conmigo el computador. Al principio escribía obligatoriamente una hora al día. Pero estos últimos 4 meses han sido 24×7.
Parte de la razón de la demora es que mi plan original era más modesto, pero a poco andar entendí que si quería explicar bien el dilema en el cual nos vimos envueltos, tenía también que desarrollar la historia de Rodrigo Echeverría y los problemas por los cuales él pasó en sus primeras expediciones a Himalaya. Luego, entre los dos, y sumando las otras experiencias de las cuales fuimos testigos directos, ya sumábamos una parte interesante de la historia del himalayismo chileno. Momento en el que me di cuenta que estaba tonteando. Que no me costaba nada pasar de ahí a cubrir toda la historia del himalayismo nacional.
Rodrigo Echeverría. En el Makalu 2001. Foto: Carlos Bascou
Me imagino que escribir la historia del himalayismo chileno no es tarea fácil ¿Podrías describir el proceso de documentación y de escritura?
Una de las razones por las cuales decidí dar ese salto de la experiencia personal a una recopilación completa, es que en el 2001 ya había hecho un trabajo de recuperación histórica que se llamaba «Chile y los 8.000»; que fue publicado con motivo de la página web de la expedición «Chilenas al Everest». Datos e informaciones a las cuales no me costó nada agregar aquellos que ya había reunido para los recuentos del Anticristo a partir del 2002. Muchos de los cuales precisamente aparecen resumidos en «Crónicas del Anticristo». Así es que en realidad no partí tan de cero.
Ahora, ese primer borrador tuvo que ser rehecho de principio a fin para hacerlo compatible, en el fondo y en la forma, con la historia que estaba desarrollando. Además que estaba incompleto y tenía errores. Lo que me obligó a contactar a una cantidad significativa de personas, yo calculo que unas 30; aparte de una nueva y más extensa revisión bibliográfica.
Otra cosa importante a considerar; que una buena parte de las historias yo las presencié como público, testigo o incluso actor relevante. O sea, como digo yo, no me lo contaron. Lo viví.
¿Quién lo escribió? ¿Rodrigo Fica o el Anticristo?
¡Rodrigo Fica! Absolutamente. Así es que si algunas personas esperan en este libro la pluma radical del Anticristo, esa que no deja cabeza erguida… podrá aquí sentirse un poco decepcionado. Pero tal decisión es por una buena causa: aquí la historia se sustenta por sí sola. No necesita una caricatura para hacerla entretenida.
La esclavitud del miedo suena muy sugerente. ¿A qué le tiene miedo el montañista chileno?
Entre otras cosas, al fracaso. Y esta no es una crítica al voleo. Parte relevante del libro desarrolla y crítica esta falencia en profundidad. Una que desencadena otros fenómenos (la competencia, la mediocridad, la flojera), explica el subtítulo (Historias del Himalaya perdido) y redunda en algo que sospecho me vas preguntar en algún momento: la falta de honestidad.
Para quienes practicamos montañismo y estamos bien metidos en el tema no es una sorpresa que el himalayismo nacional siempre ha estado obscurecido por una nube de omisiones, polémicas y malos entendidos. ¿En tu libro se desmitifica a algunas vacas sagradas que para la opinión pública son ejemplos y referentes del montañismo en nuestro país?
Entiendo de verdad la forma cómo me lo preguntas. Que es la manera, además, como muchos en Chile se refieren al tema. Sin embargo quiero dejar establecido que en la faceta histórica del libro tuve mucho, pero mucho cuidado en ser muy responsable con mis aseveraciones. Porque la única manera para validar este esfuerzo de perpetuar las historias de chilenos notables es que mis palabras sean vistas como serias. Es decir, que los lectores puedan encontrar errores o estar en desacuerdo con mis opiniones, pero que no digan que fui injusto o antojadizo. O sea, que se vea que hice un esfuerzo sistemático por plasmar un relato… honesto.
Ahora, claramente no todas las expediciones estuvieron a la altura de las circunstancias. Por lo tanto, y aquí respondo tu pregunta, sí, se desmitifican varias de ellas.
¿Desmitificas también esa imagen idealizada de que el montañismo es una disciplina que realza las cualidades humanas o que el montañista por el solo hecho de serlo es una persona de bien y de respeto?
Este tema también es analizado. De prueba, déjame citarte uno de los párrafos del capítulo Armonía inviable y cómplice donde se hace mención a aquello: «… implícitamente está el supuesto de que los montañistas son o se convertirán en mejores personas por el mero hecho de practicar su deporte; como si este fuera una especie de portal mágico que automáticamente dará un estado de elevación a quien lo traspase. Precepto que es, como puede intuirse, total y absolutamente falso.
Lo único que hace el montañismo es dar la oportunidad de ser mejor persona. Nada más, nada menos. Algunos escucharán el llamado; otros seguirán siendo los mismos imbéciles de siempre.»
Creo que eso contesta tu pregunta, ¿no?
.
Entre tanto dramatismo… ¿Hay historias positivas en tu libro?
Oh, sí. «La esclavitud del miedo», y tal como dejé ver antes, es primero y antes que nada una muy buena historia, que está dedicada especialmente para todas aquellas personas que disfrutan leer. Da lo mismo si son montañistas, escaladores, surfistas, ingenieros, abogados o amas de casa. Por lo tanto, traté que en él se reflejara la misma pasión que cualquiera de nosotros ve en la vida. Sí, hay un par de cosas tristes, pero también, alegrías, humor e inspiración.
Tu último libro “Las crónicas del Anticristo”, fue lanzado única y exclusivamente en formato digital, por lo que muchos románticos amantes del papel quedamos con una pequeña espina clavada en nuestro corazón. ¿Existirá la posibilidad de conseguir una versión impresa de “La esclavitud del miedo” para poder atesorarla en nuestra colección?
Por razones de mercado, hábitos y costos, no hay forma de imprimir un libro como este en papel y la única manera que tengo como autor para darle salida a una historia como esta es el formato digital.
Sin embargo, con la editorial, Edición Digital, esta vez quisimos hacer un pequeño experimento. Darle la posibilidad a que la gente que realmente ama un libro en papel, optara a ello; así es que estamos haciendo una preventa del libro en papel, que son 680 páginas y 32 fotografías a color, en un libro de bolsillo. Y aquí es donde las cosas se ponen interesantes. A menos que me entregaran el Nobel (que no va a ocurrir) o que me llamaran de Hollywood (ídem), la versión en papel no se va a vender después del lanzamiento. En el fondo, es un regalo.
Rodrigo Fica en el Manaslu (2009)
¿Cuándo ya se podrá adquirir el libro?
La preventa ya está en el sitio web de la Editorial. Después de la fecha de lanzamiento, sólo se venderá lo que haya quedado sin vender y, claro, la versión digital. En Amazon, iTunes, GooglePlay, etc.
Ah, y una última pregunta… Después de escribir “La Esclavitud del miedo”, ¿Quedan ganas de volver a tentar a la suerte en la zona de la muerte?
Ja, ja, ja… La respuesta está en el libro; en el último capítulo, el 93…
—