La lucha por el acceso y la protección del Valle del Arenas
Por: Francisca Undurraga y Camilo Castellanos
El Valle del Arenas antes era pacífico. En el paisaje marciano la gente se podía perder entre laberintos de rocas del tamaño de casas, rodeadas por montañas arenosas de colores rojizos y verdosos. El silencio absorbía el lugar y solo era interrumpido por los silbidos del viento. Ahora, la paz parece haberse ido. Gigantescos camiones y tronaduras irrumpen en el lugar, mientras miles de personas llegan todos los días a trabajar en la construcción de la hidroeléctrica Alto Maipo. Un proyecto realizado por la empresa AES Gener, relacionada a la familia más rica de Chile, y que ni los mayores esfuerzos de las organizaciones ambientalistas han logrado detener.
El conflicto no está solo en el Valle. Marchas por la Alameda y una infinidad de comentarios en las redes sociales han denunciado el daño que, según las organizaciones ambientalistas, producirá y estaría produciendo este proyecto. Sin embargo, las críticas ya no se limitan al impacto que puede tener Alto Maipo. Ahora la discusión se ha centrado en el acceso restringido al Valle del Arenas, un lugar icónico e histórico para el montañismo y la escalada en roca de Chile.
Una restricción que abre una discusión sobre el libre acceso a las montañas y la propiedad privada. Y, sobre el libre acceso y la protección del medio ambiente.
“La idea de restringir el ingreso surgió hace muchos años, pero solo este último tiempo se ha podido implementar”, dijo Mónica Escárate, la representante de los propietarios del Valle del Arenas a Revista Escalando. “Surgió por el ingreso irresponsable e indiscriminado de mucha gente que solo buscaba destruir y llenar de basura el lugar. El deseo de los dueños es poder conservar y potenciar de la manera más prístina un lugar natural”.
Estas motivaciones han sido cuestionadas y, luego de que la semana pasada se publicaran rumores sobre el supuesto cierre del Valle del Arenas, volvió a discutirse una posible relación entre la restricción del acceso y el proyecto Alto Maipo.
Los propietarios son los únicos que pueden restringir el ingreso, mientras que Alto Maipo, legalmente, no puede hacerlo. “Las obras de bocatomas, desarenadores y conducciones en el Sector Alto Volcán no interrumpirán el acceso de montañistas profesionales, aficionados o visitantes”, dice la Resolución de Calificación Ambiental del proyecto. “La única restricción de acceso para terceros será a los sitios de emplazamientos de obras por razones de seguridad”.
Sin embargo, desde Andes Libre -una organización no gubernamental sin fines de lucro creada el 2015 y que intenta promover el vínculo de las personas con el territorio, para enseñar, proteger y preservar la franja cordillerana – dicen que esto no se estaría cumpliendo. A partir de un incidente ocurrido el año pasado, en el que supuestamente camiones de Alto Maipo restringieron el acceso, se creó esta organización frente a “la duda respecto a cuáles eran los verdaderos fines de la restricción en el tránsito a este lugar y de quién provenía efectivamente esta voluntad”.
Es que, según explica el director ejecutivo de Andes Libre, Gustavo Acuña, Alto Maipo se favorecería de la restricción del acceso. “(Con esto) evidentemente pasan por encubrir un actuar irregular y hacen que la comunidad no presencie ni pueda denunciar malas prácticas. Así como también evitar cualquier tipo de interferencia en sus obras”, dijo Gustavo a Revista Escalando.
Una visión que se replicó en las redes sociales en pocos días. Una visión que, sin embargo, niegan los propietarios del Valle del Arenas, quienes argumentan que la restricción del acceso es solo para proteger el lugar y que no tienen ninguna relación con Alto Maipo. Para protegerlo de un “anarquismo irresponsable” y de “personas que solo deseen satisfacer sus necesidades citadinas desordenadas y sin responsabilidad por el medio ambiente y la naturaleza”.
Revista Escalando habló con Mónica Escárate, la representante de los dueños del Valle del Arenas, como se llama a este sector, para conocer su visión sobre esta polémica y su relación con Alto Maipo.
¿La idea de restringir el acceso surgió en conjunto con Alto Maipo?
No, esta fue idea de los dueños de Quebrada Morales. Nosotros nos opusimos al Proyecto Alto Maipo en todas las etapas de su aprobación legal. Pero una vez instado, hemos tratado de coordinarnos para buscar la mejor manera de convivir.
¿Quién controla el acceso? ¿Hay guardias contratados por ustedes o son personal de Alto Maipo?
El control de acceso depende exclusivamente de los dueños del predio.
Pese al revuelo sobre el supuesto cierre del Valle del Arenas, las condiciones para el ingreso, impuestas por los propietarios del lugar, seguirían siendo las mismas: solicitar una autorización en días hábiles antes de las 17:00 horas, con 24 horas de anticipación; enviar el listado con todos los nombres y sus CI o pasaporte de quienes quieran ingresar, además de la patente del vehículo; transitar solamente por donde están los caminos para excursionistas al igual en los lugares habilitados para estacionamiento; y; la permanencia no puede ser mayor a 48 horas, pero se considerará más tiempo en fechas especiales como años nuevo.
¿Cómo van a hacer que se cumplan los requisitos?
Las personas que cumplen los requisitos de autorización podrán entrar sin problema. Y la empresa de seguridad deberá velar porque solo ingresen las personas previamente autorizadas por nosotros. Para eso se les contrató y deberán responder por ello. Ahora bien, el predio es bastante grande y no faltarán las personas que ingresen por otras partes. Pero si ello fuese así, y ocurriera algún problema, se harán efectivas sus responsabilidades legales por ingresar a una propiedad privada sin autorización.
Las personas que quieran ir a montañas (en terrenos públicos) por más de dos días, pero que para llegar necesitan pasar por sus terrenos, ¿pueden hacerlo?
Si una persona ingresa al predio deberán pedir autorización. De antemano, les digo que lo único público del lugar es el Monumento el Morado administrado por CONAF y, para llegar, no necesitan pasar por la Quebrada Morales.
¿Por qué en los últimos días ha habido rumores de que prohibieron el acceso?
Porque, desgraciadamente, hay personas que buscan solo su beneficio, que están motivados por su anarquismo irresponsable como el que abunda hoy día y que mucha gente “cándidamente” les presta apoyo porque no se informan adecuadamente y los utilizan para lograr presión. El propósito final de estas personas es lograr que el lugar sea tierra de nadie para que después puedan acarrear sin control las malas costumbres de la ciudad, contaminar con suciedad y ruido, de tal forma que hagan desaparecer la magia y el oasis que este lugar aún significa. En ese minuto van a lograr que nadie acceda, pero no porque se les impida, sino porque la destrucción va a ser tan grande que nadie va a querer ir. Pero Valle las Arenas estará abierto para todos aquellos que respeten la naturaleza, la cuiden y solo concurran con fines deportivos y/o académicos. Para eso se controla. Sin perjuicio de ello, los dueños se reservan el derecho a suspender el ingreso cuando las condiciones del tiempo o del lugar hagan insegura la visita.
¿Cómo ven el futuro del Valle del Arenas?
Lo vamos a ir construyendo día a día, cuidándolo en cuanto sea posible, que no sea instrumento de desarrollo de actividades de personas que solo deseen satisfacer sus necesidades citadinas desordenadas y sin responsabilidad por el medio ambiente y la naturaleza.
¿Están abiertos a negociar las condiciones de ingreso para escaladores y montañistas?
¿A qué te refieres con eso? Los dueños del predio están admitiendo gratuitamente, por el momento, el acceso a todas las personas que realicen actividades deportivas o académicas, para lo cual sólo se les exige responsabilidad y cuidado. ¿Entonces qué tenemos que negociar?
Todo lo sucedido entorno al Valle del Arenas reactivó una discusión sobre el impacto que tiene nuestra comunidad en las zonas de escalada y, principalmente, sobre el marco legal que rige el acceso a las montañas en nuestro país. Tema que es más amplio y que involucra a todos los agentes de nuestra sociedad, donde se enfrentan líneas de pensamiento que ven a la montaña como un patrimonio o como un recurso natural a ser explotado.
Proyectos de ley duermen hoy en el Congreso, postergando esta discusión y dando pie a que sean privados, que muchas veces desconocen la escalada y el montañisno, quienes establecen criterios que limitan la práctica y desarrollo de estas actividades.