¿Cuánto contamina tu chaqueta?
Por Camilo Castellanos
La foto es en blanco y negro. Douglas Tompkins aparece cubierto por una gruesa chaqueta donde solo sobresalen sus lentes que lo miran todo como una libélula. Junto a él está otra leyenda de la escalada, Yvon Chouinard. Ambos se encuentran sobre una ladera de nieve y una especie de aurora blanca los rodea. Era 1968 y era una de sus tantas expediciones a la Patagonia, donde realizaron grandes escaladas.
Tompkings fundó la marca The North Face y Chouinard, por su parte, Patagonia. Dos marcas que no solo han hecho historia con sus expediciones, sino que han ayudado a miles de escaladores a soportar los fuertes vientos del extremo austral de nuestro continente, las lluvias tropicales y las temperaturas bajo cero del Himalaya.
Dos marcas que, con diferente énfasis, han tenido campañas y conciencia medio ambiental en la fabricación de sus productos. Dos marcas a las que, junto a varias otras de la industria outdoor, Greenpeace les exige hoy que dejen de usar químicos PFC, los cuales destruyen el medio ambiente y afectan la salud humana, en sus productos.
Las marcas de la industria outdoor, que son conocidas por promover el cuidado de la naturaleza y por buscar la vida sana, están contribuyendo a la acumulación de químicos sintéticos (PFC), los cuales se pueden encontrar desde en la zonas más remotas del mundo, hasta en el ser humano. Las marcas reconocen este problema, pero respondieron a Greempeace que la solución que propone, de eliminar totalmente el uso de los químicos, no sería la más ecológica hasta que no se encuentren sustitutos que tengan la misma funcionalidad.
Greenpeace realizó un estudio, en un laboratorio independiente, en el que testeó diferentes marcas de ropa outdoor entre las que estaban Mammut, The North Face, Marmot, Columbia, Patagonia y Salewa. De los productos testeados, que van desde chaquetas, sacos de dormir, hasta botas, 36 de 40 tenían PFC y 18 tenían PFC de cadena larga, los más dañinos para el medioambiente y la salud.
Los químicos PFC (compuestos per y poli-fluorados), son usados para entregar mayor impermeabilidad el agua y el aceite, y para dar durabilidad a los productos. Estos químicos no se producen de manera natural y no se degradan en cientos de años; se los lleva el viento y se esparcen por las zonas más remotas del planeta.
La sustancia PFC más criticada es el PFOA (acido perfluorooctanoico). Una sustancia sisntética que químicamente no se produce en la naturaleza pero que hoy se encuentra en todo el mundo, incluso en el ártico. Es tóxica, bioacumulativa, persistente y sospechosa de ser cancerígena.
El 2015, 200 científicos firmaron el Acuerdo de Madrid que hace un llamado a dejar de usar estos químicos que han estado presentes en la industria manufacturera desde 1950 (no solo en productos de las marcas outdoor). Varios estudios científicos han demostrado que los PFC se encuentran desde en las montañas, hasta en la leche materna humana. Estos químicos sintéticos provocan gases de efecto invernadero, contaminan la tierra y los ríos, y producen efectos nocivos para la salud humana.
Greenpeace decidió hacer otro experimento. “En mayo del 2015 realizamos 8 expediciones a lugares remotos del planeta para testear la presencia de estos químicos en la nieve y agua. Lamentablemente, encontramos su presencia en todas las expediciones”, dijo Leonel Mingo, el encargado de coordinar la campaña en Argentina y Chile, a revista Escalando. En el cono sur el destino escogido fue Torres del Paine. “Tomamos muestras en la zona, que cuenta con temperaturas de -13 grados y ráfagas de viento superiores a 80 kilómetros por hora”, explicó Mingo. Y encontraron los rastros de PFC.
La semana pasada Greenpeace del Cono sur, realizó una campaña directa contra The North Face y Mammut por su liderazgo en la industria outdoor. La iniciativa, que se replicó en Chile, buscaba que las personas muestren su apoyo a través de una inscripción online, para enviar una carta a los CEO de estas marcas pidiéndoles que dejen de usar este compuesto químico. “Me gusta su marca y amo hacer actividades al aire libre. Pero no deseo comprar productos que pongan en riesgo nuestro medio ambiente y nuestra salud. Las prendas que usted produce contaminan el planeta”, dice la carta.
Mingo dice que la mayoría de estas marcas reconocen el problema de estos químicos en sus indumentarias, pero se niegan a asumir la responsabilidad que les corresponde. “Suelen pregonar el respeto por el medio ambiente, sin embargo son responsables de contaminar con químicos altamente peligrosos”, agrega.
La respuesta de las marcas a los estudios de Greenpeace y a las campañas fue variada. Mammut y Patagonia reconocen el problema que generan los PFC, pero no creen que la solución más ambientalista sea eliminar estos químicos, por lo menos no por ahora.
Mammut respondió con un comunicado la campaña de Greenpeace. Para la marca suiza, el cuidado del medio ambiente no está solo en un componente de los productos sino que en la cadena de producción, la cual va desde la elección de los materiales, hasta que la chaqueta, saco de dormir o polera, son botadas a la basura. Mammut señala que han probado elementos alternativos, pero no han conseguido igualar la impermeabilidad y, más importante, la durabilidad de las prendas. La empresa dice que con los elementos alternativos, que Greenpeace señala como más medioambientales, harían que las prendas duren menos y, las prendas que duran menos, dañan más al medio ambiente al incrementar la producción.
Por su parte, Patagonia realizó una solución temporal de cambiar los PFC de cadena larga, que son los más nocivos, por los de cadena corta, los cuales se descomponen más fácilmente y, por lo mismo, tendrían menos toxicidad. “La solución temporal de Patagonia, que también ha sido adoptada por otras empresas, no es suficientemente buena, pero es la mejor que hemos sido capaces de encontrar”, dijo Ventura Sánchez, director de operaciones de Patagonia en Chile, a Revista Escalando.
Sánchez agrega que la mayor preocupación para Patagonia es la vida útil que tendrían los productos si no se usara PFC. “Un impermeable que pierde la propiedad de repeler agua deja de ser funcional y debe ser reemplazado una y otra vez. Cada impermeable fabricado tiene su propio costo medioambiental, aparte de los PFC, que incluye consumo de energía, basura y desechos varios junto con gases de invernadero. Así que, sacrificar vida útil de los productos no es una opción para nosotros”, explica.
Por el momento no existen sustitutos que cumplan sus estándares de impermeabilidad y durabilidad, según el director de operaciones de Patagonia. “Creemos que el daño que producen los PFC de un producto que dura muchos años, es menor al daño que produce un producto libre de los químicos. El producto más amigable con el medio ambiente, es el que dura más tiempo en tu closet”.
Sin embargo, Greenpeace asegura que sí existen sustitutos ecológicos. “Les exigimos a las marcas que cambien su producción a una sustentable. Hace años que existen tecnologías que brindan las mismas prestaciones a un similar costo siendo libres de estos contaminantes”, dice Mingo. Varias marcas tienen colecciones completas de indumentarias libres de PFCs como por ejemplo Fjällräven, Páramo, Pyua, Rotauf y R’ADYS.
“Aseguramos y hemos probado que el alto rendimiento de los productos impermeables no requiere de los PFC y la polución que generan”, dijo la marca Páramo en un comunicado.
The North Face también reconoció que la solución es dejar de usar los PFC y planea que ya no estén en su ropa para 2020.
La marca prefirió no dar una entrevista a revista Escalando, pero entregó el comunicado con que la marca respondió a la campaña. “En la superficie, una chaqueta impermeable puede parecer una prenda sencilla, sin embargo, muchas de sus comodidades y características son posibles solo por el trabajo de química sofisticada”, dice el comunicado. Y continúa señalando que los PFC permiten la impermeabilidad y durabilidad de las prendas. “Sin embargo, altos niveles pueden tener efectos nocivos para el medioambiente”, agregó.
La marca de ropa dice que, para 2017, esperan que el 30% de su ropa no tengan estos componentes. “Si bien esto puede no parecer mucho, en realidad es un cambio significativo en nuestra cadena de suministro”, dice la empresa. Para 2020 tiene la meta de que su ropa no tenga estos componentes químicos y, tras eso, comenzarían el cambio en otros productos como botas y equipo especializado.
Para Greenpeace no es suficiente. “La concentración más alta de estos químicos se encontró en un saco de dormir, adquirido en Chile, de la marca The North Face”, dice Mingo. El líder de la campaña dice que la eliminación para 2020 es inaceptable ya que significaría cinco años más de la contaminación.
La campaña de Greenpeace en el cono sur, pidiendo que The North Face y Mammut dejaran de usar PFC, tuvo el apoyo de más de 90 mil personas, según la página web de Greenpeace.
Ahora la foto es a color. Alex Honnold baja haciendo rappel por una chimenea, en una ladera del Cerro Torre. Honnold estaba haciendo la travesía del Cerro Torre en solo un día junto a Colin Haley, un logro del alpinismo con el que Tompkins y Chouinard, los fundadores de The North Face y Patagonia, probablemente ni siquiera soñaron en hacer. Honnold está vestido por The North Face, lleva una chaqueta roja y unos pantalones negros impermeables.
Este escalador, que tienen una fundación que ayuda al medioambiente y que pregona su cuidado, está usando ropa que contiene los químicos sintéticos PFC, al igual que la gran mayoría de los que vamos el fin de semana al Cajón del Maipo, al Arrayán o a subir el Cerro El Plomo.
Conoce más sobre la campaña de Greenpeace en este video: