Proyecto de baños ecológicos para zonas de montaña
Por Javiera Romero
Desde el 16 de enero, en El Chaltén, Argentina, se está gestando un nuevo proyecto ecológico que podría modificar, para bien, el usos de los espacios de escalada: la prueba de baños ecológicos para reemplazar las letrinas que existen en los campamentos.
Este sistema se mantendrá durante un año, comenzando por el campamento Capri, el cual funcionará durante esta etapa con un diseño que separa mecánicamente los residuos sólidos de los líquidos.
Esta iniciativa no hubiese sido posible sin el respaldo de la Acces PanAm, una organización que se dedica a preservar el acceso y las zonas de escalada, potenciando las iniciativas de conservación del ambiente de montaña.
Martín Heredia, presidente del Centro Andino, declaró en entrevista para el periódico Chaltén Hoy: «El cambio es cultural, de costumbre y seguramente difícil pero no imposible. De hecho ya lo hemos utilizado en expediciones al Campo de hielo Patagónico. Necesitamos difundir esta nueva modalidad y convencer que es mejor a largo plazo cambiar una pequeña costumbre en nosotros mismos (comunidad escaladora mundial) que modificar la naturaleza con infraestructura que requiere de mantenimiento y es un potencial depósito de otros residuos y un impacto visual en un ambiente agreste y salvaje que queremos conservar lo más intacto posible. Hoy en día la cultura del escalador moderno tiene detalles cuestionables ya que su aprendizaje en el ambiente vertical es más veloz sin pasar tanto por el camino horizontal, dejando de lado muchas cosas importantes en cuestiones de técnicas de bajo impacto, entre otras».
Para ello, crearon este sistema de baño, que tiene el parecido a una cabañita de madera. Allí encontrarás una taza, en la cual se separarán de una vez los sólidos y líquidos.
Los desechos sólidos serán depositados en un contenedor con lombrices quienes, finalmente, los procesarán en materia de compostaje. Mientras que los líquidos se irán a un lecho nitrificante, un tubo que conduce los efluentes hacia una cámara séptica, los cuales luego reciben un tratamiento para ser utilizados, muchas veces, en la agricultura orgánica.
Esta idea no es nueva y ya se ha implementado en varios proyectos ecológicos en el mundo. Este funciona de forma más o menos artesanal, pues a la hora de entrar y sentarte en la letrina, te encuentras con una especie de dispensador que tiene una manguerita que lleva el pipí hasta una cámara (que muchas veces es un bidón) el cual se mantiene un tiempo para que genere bioorganismos. Una vez que ya orinaste, debes verter un poco de agua para limpiar el espacio.
En el caso de la materia sólida, está la otra mitad del hueco, desde donde la feca se va a una cámara, en la cual, una vez realizadas tus necesidades, debes agregar un poco de tierra. Luego toda esa materia recibe un tratamiento de disecado, pues la cámara tiene un vidrio por la cual se cuela el sol y el calor. Después de un tiempo eso se retira y se trabaja para producir fertilizantes y otros tipos de abonos.
En alta montaña:
La idea del Centro Andino El Chantén es comenzar esta prueba en aquel campamento y luego masificarlo a los demás sectores de escalada patagónicos.
En paralelo, este proyecto está pensado para masificarse en la alta montaña. La idea es que antes de que algún deportista realice un ascenso, se le entregue un tubo contenedor y unas bolsas con cal para defecar.
De esta manera cada deportista podrá transportar sus desechos en conjunto a su equipo y, así, dejar la menor huella posible.
Fuente: Chaltén Hoy