“El Cajón del Maipo es un escenario de David contra Goliat”
El ambientalista y atleta de snowboard de Patagonia, Forrest Shearer, visitó Chile en el pasado invierno. En su viaje, fue al Cajón del Maipo donde vio la realidad de lo que está pasando con el proyecto Alto Maipo que se desarrolla en la zona.
Camilo Castellanos
Forrest Shearer conversa en la tienda de Patagonia del Mall Sport y muestra fotos de su viaje al Cajón del Maipo. Con una cerveza en la mano y haciendo chistes, va pasando las fotos donde se le ve a él bajar por estrechas y empinadas canaletas en su tabla de snowboard.
Shearer llegó a Chile junto a un grupo de personas de la marca de ropa para probar el equipo. Mientras continúa hablando de su viaje y de lo increíble que es la nieve en el Cajón del Maipo, surge un tema. Como el martilleo de una máquina, en el relato siempre aparece la construcción de la hidroeléctrica de pasada Alto Maipo.
Esta construcción se realiza al lado de donde fueron a esquiar y acampar. Shearer, quien es un ambientalista, habla de cómo desde el deporte se puede generar conciencia para atacar estos proyectos y así llevar a que sean más respetuosos con el medio ambiente.
En conversación con revista Escalando, Shearer cuenta cómo se debería conseguir un balance entre la intervención humana y la protección de la naturaleza.
¿Cómo fue tu experiencia en Chile?
Chile tuvo un muy buen invierno este año en términos de nieve. Un par de acumulaciones grandes dejaron una gran capa de nieve. Es uno de mis lugares favoritos para viajar. El clima es uno de los más interesantes del mundo, porque cambia drásticamente en cada región. El potencial y la oportunidad para explorar terrenos es ilimitada. Hay proyectos de escalada o para hacer fuera de pista que podrían servir para toda una vida. El paisaje de las montañas es muy poderoso.
¿Cómo vieron el avance de las mineras en el Cajón del Maipo?
Estuve en esa zona probando algunos de los productos de Patagonia. Incluso acampamos en un lugar muy cercano de donde estaban construyendo un túnel. El proyecto definitivamente está avanzando, lo cual fue muy triste de ver. Con la privatización del agua, parece que los dueños del proyecto hidroeléctrico van a ser los únicos que se van a beneficiar –no la gente-. El Cajón del Maipo es un lugar sagrado. No solo tiene un potencial ilimitado para el acceso de la comunidad outdoor, sino que también el daño del proyecto va a ser irreversible. Es un escenario de David contra Goliat, pero yo siento que es importante hacer tanto ruido como sea posible y dar la pelea para que el próximo valle y río que sufra esta situación no sea un blanco fácil. Chile tiene la oportunidad de pavimentar el camino para que el resto del mundo se mueva en contra de la energía hidroeléctrica y busquen otras, más eficientes, soluciones.
¿En qué tipo de esfuerzos ecológicos has hecho parte en Estados Unidos?
Siendo embajador de Patagonia trato de vivir una vida más consciente. Colaboro en iniciativas y dono mi tiempo a causas ambientales en mi comunidad y a escala más global. Soy parte de Protect Our Winters (POW), un proyecto que busca generar conciencia sobre el impacto del cambio climático. POW tiene un gran programa llamado “Hot Planet Cool Athetes”, el cual se centra en inspirar y motivar a las futuras generaciones a que tomen acciones ambientales. Soy parte de la Wildlands Aliance que está haciendo grandes cosas para promover y proteger los deportes de nieve sin motor. También soy embajador de B Corporation y apoyo a otras organizaciones como 1% para el Planeta y Conservation Aliance.
¿Cómo se puede generar conciencia a través del deporte?
Como un atleta profesional, tengo una plataforma poderosa y puedo usar mi voz para iniciar cambios. Creo que la gente prefiere oír lo que tiene que decir un escalador, esquiador, snowborder, surfer o pescador, en vez de un político. Las personas se sienten más identificadas por un atleta que pasa tiempo al aire libre y viene de un lugar de pasión genuina, en oposición a un político que esté más motivado por una ganancia económica, sin importar el impacto que pueda causar. Para mí, entre más cantidad de tiempo tenga en las montañas y naturaleza, más voy a querer proteger los lugares que amo. Es tan simple como eso. Todos somos la representación de nuestro medio ambiente sin importar dónde vivamos –cerca del océano, en las montañas, en la ciudad-. Estos lugares no pueden hablar por si solos. Nuestro trabajo es cuidarlos para que estas áreas salvajes que amamos estén para las siguientes generaciones. Compartir la alegría que sentimos por el medio ambiente con otros es una manera simple de generar conciencia. Entre más personas vean las belleza que hay en los diferentes paisajes naturales y desarrollen una conexión con el mundo natural, más personas van a tomar una posición, generar conciencia y ayudar a proteger. Guiados por nuestro ejemplo.
¿Cómo pueden una persona normal y corriente cambiar las políticas de un Gobierno?
Hagan que su voz se oiga. Si tienen pasión sobre algún tema en específico, deben moverse. Creo que el primer paso para generar un cambio es creando conciencia y conocimiento sobre un problema. Apoyen las cuestiones que son importantes en su comunidad local y a nivel nacional. Hay muchos problemas afuera, en nuestras montañas y con nuestros recursos naturales que van a afectar la forma en la que tengamos acceso a las áreas públicas en el futuro. Voten por candidatos que protejan el medio ambiente.
¿Qué opinas de la intervención humana en las montañas?
La intervención humana es inevitable. Solo hay muy pocos lugares en el mundo que no han sido tocados por el hombre. En Europa, por ejemplo, muchos de los lugares fueron desarrollados y cambiados de su estado natural. Ahora las personas están mirando a Alaska, Canadá y Sudamérica para desarrollar y lucrar con los lugares silvestres que quedan. Yo creo que la clave para avanzar es encontrar soluciones sustentables y buscar que haya más consideración en la acción del hombre que impacta el medio ambiente. Deberíamos usar lo que ya tenemos, tomar solo lo que necesitamos y esforzarnos por no dejar rastro y minimizar nuestra huella de carbono.
¿Cómo se puede hacer un balance entre proteger un lugar y volverlo más accesible a la gente?
En un mundo con 7,2 billones de personas y en crecimiento, la presión por preservar un lugar prístino va a chocar cada vez más con la presión por hacerlo más accesible. Tenemos que reconocer que la preservación de las áreas silvestres va a requerir una medida de recursos conscientes –infraestructura para obtener agua, manejo de desechos sólidos, baños- que permitan a los humanos acceder a estas áreas naturales, minimizando su impacto en las visitas. Esta infraestructura va a costar dinero que debería venir del Gobierno, donaciones, etcétera.
El tema de fondo está en que entre más personas haya en el planeta, mayor va a ser la presión en la naturaleza y en el clima. Podemos coexistir con la naturaleza pero necesitamos reconocer la necesidad de minimizar el impacto con una visión más ilustrada. El primer paso es la conciencia. Ser una voz de cambio.
Los dejamos con un video de Forrest haciendo snowboard.