El Preocupante Boom de la escalada en Chile

por Francisca Undurraga J.

La escalada es un deporte que ha tomado fuerza y se ha masificado dentro de nuestro país en los últimos años. Ya no es extraño ver los gimnasios llenos y los sectores de escalada copados de gente quienes destinan su fin de semana a salir a la roca y disfrutar del paisaje y la naturaleza.

Si bien se puede ver como algo positivo, también se debe considerar que la escalada no es solo un deporte, es un estilo de vida que involucra más que el hecho de encadenar una ruta o superarse a uno mismo. Un escalador cuida su entorno, valora los lugares  y trata de generar el menor impacto en los sectores que acampa.

El fin de semana largo cumplió con todas las condiciones para muchas personas salieran de sus hogares y lo destinaran a hacer este deporte que tanto nos gusta. El buen tiempo invitó a la gran comunidad a enfrentarse a los desafíos que nos entrega el sector cordillerano chileno.

Un ejemplo de esto fue el Valle los Cóndores, en la Región del Maule, en donde ya para el día viernes la gran planicie rodeada de montañas se pintaba de diferentes colores. Una carpa tras otra, tambores retumbaban dentro del gran valle y las inmensas paredes recibieron a cada persona que quiso enfrentar el desafío de encadenarlas.  A grandes rasgos esta realidad pinta para ser la ideal, sin embargo, ¿el lugar estaba preparado para recibir tanta gente?, o más bien ¿todas las personas que fueron, conocían como cuidar el entorno?

Aun cuando el lugar contaba con tres baños químicos y un conteiner para botar la basura, fue inevitable encontrarse con papeles higiénicos detrás de grandes rocones, baños públicos al aire libre; gente lavando con detergente en el río y bullicio hasta altas horas de la madrugada. Hechos que además de afectar a quien sí tomó conciencia del lugar, sin duda impacta en el entorno y el equilibrio de la flora y fauna.

Tomemos conciencia

El uso o abuso de los espacios puede tener efectos negativos dependiendo de la zona. Según el especialista de recursos naturales renovables y de agro climatología de la Universidad de Chile, Fernando Santibáñez, la presencia humana en los ecosistemas de montaña es sumamente relevante por su fragilidad.  En general tienen muy baja resiliencia (capacidad de un ecosistema de crecer en un estado de equilibrio). Por lo tanto  cualquier alteración cuesta muchos años en que se recupere. La población vegetal, en particular, es de muy lento crecimiento y no tolera  la contaminación de ningún tipo.

Una sobrecarga del lugar genera una gran erosión del suelo. Esto tiene como consecuencia la separación de hábitats y que la flora desaparezca ya que el suelo está muy compactado. En las zonas más áridas las huellas humanas quedan por siglos. Por eso se recomienda acampar en lugares habilitados y seguir los senderos.

En cuanto a la escalada, hay que tener mucho cuidado en no interferir en entornos de especies que normalmente se mueven en dichas zonas. Un ejemplo de esto son los nidos de pájaros, por lo que se aconseja que si una ruta tiene uno, hay que informarlo y en lo posible no escalarla.

Junto al hecho de evitar la intervención de la flora y fauna también recomiendan no sacar  los elementos abióticos. Esto quiere decir no retirar plantas, cazar y/o pescar animales y llevarse piedras, ya que al hacerlo se modifica el ecosistema y se crea un efecto en cadena.

Preferentemente no hacer fogatas. Si está autorizado se debe tratar de ocupar un lugar que ya fue utilizado anteriormente.

No está demás decir que está en nosotros la tarea de no dejar ni un tipo de basura ni desechos biológicos, se aconseja realizar un hoyo de gato y hacerlo lejos de las fuentes de agua (llevarse el papel confort y no quemarlo). Además no lavar con productos tóxicos y menos dentro del río. Controlar la bulla y adecuarse a los espacios. Tomar conciencia es la principal manera de impedir que una zona colapse. Respeta para que te respeten.

Para más información puedes consultar las recomendaciones de Senderos de Chile.