Muere el escalador Sean Leary
Sean Leary fue uno de los grandes escaladores que ha entregado Yosemite. Con 38 años, este consiguió impresionantes récords en este parque de escalada y además realizó increíbles primeros ascensos de grandes paredes en lugares tan remotos como los Tepuys y la Antártida.
Leary tenía planeado volver a su casa el 23 de marzo, sin embargo, al no llegar, se organizó un grupo de rescate que encontró su cuerpo en el Parque Nacional Zion, en Utah. El escalador iba a practicar BASE jumping cuando al parecer sufrió un accidente que le ocasionó la muerte, dejando a su esposa e hijo por nacer. Acá los dejamos con un poco de la historia escaladora de Leary.
Cuando era adolescente, Leary visitó por primera vez Yosemite y se enamoró del lugar. “Mi primer viaje a Yosemite me llevó a una relación de amorío con el lugar. Tengo suerte de poder llamar a Yosemite mi casa y de usarlo como lugar de entrenamiento para mis aventuras alrededor del mundo”, dijo Leary en su biografía publicada en el sitio de Five Ten. Esta relación con Yosemite lo llevó a escalar el Capitán una docena de veces y a romper varios récords de velocidad del lugar, como el de Salathé Wall junto a Alex Honnold en 2009 que se mantiene hasta hoy y el de The Nose, junto a otro residente de Yosemite, Dean Potter, en 2010, pero que fue superado en 2012. Además consiguió el récord de realizar tres rutas del Capitán en un día y el de escalada mixta (hombre y mujer), junto a Mayan Smith-Globat, en The Nose.
“Especialmente amo escalar rápido paredes gigantes, tratando de abrir las rutas en escalada libre y acumulando la mayor cantidad de largos en un día”, dijo Leary. Esta búsqueda de paredes lo llevó a increíbles ascensos registrados en películas. Uno de estos es el primero de Yopo Wall en el Tepuy Autana. Una vía para la cual no solo tuvieron que luchar contra la gigantesca pared de roca, llena de vegetación selvática y tierra, sino que solo la aproximación incluyó varias jornadas de caminata en la selva húmeda llena de mosquitos, serpientes, arañas etc. Además de pasar de manera clandestina por sectores de contrabando y tráfico de materiales ilegales. Un ascenso en un mundo prehistórico, donde en la mitad de la pared encontraron una cueva gigante desde la cual, como un gran ojo, se podía apreciar un paisaje totalmente salvaje e inexplorado.
Otro de los increíbles ascensos de los que participó, es la apertura de la arista noreste de Ulvetanna en la Antártida. Una gigantesca pared en medio de la nieve, que parece una aleta de un tiburón salida de un mar blanco, donde estos escaladores tuvieron que luchar contra fríos de -35° centígrados y run outs de más de 30 metros en roca de mala calidad. Esta se convirtió en la cuarta ruta de la pared, con 35 largos y dificultades de 5.12 y A2.
Sean decidió comenzar a realizar Salto BASE y Wingsuit BASE, convirtiéndose en uno de los personajes más representativos, en especial en Estados Unidos, de este deporte. “Estoy muy emocionado de ser parte de la nueva era de Wingsuit BASE. La evolución de los materiales, diseños y la constante expansión de la conciencia de las posibilidades, ha llevado a los humanos a un nuevo reino del vuelo auto impulsado. Es increíble la aventura de salir y buscar lugares para volar alrededor del mundo”, dijo sobre la práctica de este deporte.
Leary descubrió muchos lugares para la práctica de Wingsuit BASE en Estados Unidos y realizó saltos de lugares como El Mocho en Patagonia y Monte Asgard en la Isla Baffin. Al parecer estaba consciente del riesgo al que se exponía al realizar este deporte, como se puede ver en una entrevista realizada por Desnivel en 2011, donde deja claro que siempre hay que sentir algo de miedo al realizar los saltos, ya que si se vuelve cotidiano no se está pendiente de los riesgos.
Fuente: climbing magazine, Desnivel, Five Ten