Ueli Steck encadena a vista “Octopussy” (M8)
Ueli Steck llegó a las cadenas en esta clásica vía abierta en 1994 por el norteamericano Jeff Lowe y que se convirtió en el primer M8 del mundo, iniciando un nuevo espectro de rutas de alto nivel en la escalada mixta. Las vía cambió la percepción de lo que se entendía como escalada mixta, al introducir variadas técnicas de escalada en roca a los crampones y piolets, para superar techos de roca de donde cuelgan gigantescas estalactitas de hielo, como tentáculos de pulpo.
Steck llegó al Ouray Ice Festival de Colorado donde decidió probar esta vía. Luego de su hazaña de escalada en solitario en el Annapurna, el escalador declaró que sus próximos proyectos no iban a ser tan comprometidos y parece estar disfrutando de la escalada más recreativa.
«Cuando salieron las fotos de Octopussy, yo tenía 18 años. Podía dibujarla claramente en mi cabeza. Para mí, en esos tiempos, la vía era inaccesible, nunca pensé que un día sería capaz de escalar algo como eso. Ya practicaba alpinismo y había escalado el Eiger, pero acababa de comenzar a escalar en hielo y con botas de plástico. Es el tipo de ruta que te inspira. Incluso aunque fuera imposible para mí en ese momento, me empujó y motivó a entrenar duro. Octopussy es una de esas vías legendarias que me prometí escalar en algún punto de mi vida. Aunque no es tan dura, es parte de la historia. Eso me gusta. Cuando vi el Amphiteatre por primera vez, me quedé sorprendido, ya que el desarrollo de vías ha continuado», dijo Steck, en la página web de Petzl, sobre esta vía que sirvió como motivación para su vida como escalador.
“El inicio es fuerte, por roca desplomada protegida por tres chapas. Hielo delgado cubre los siguientes veinte metros, un largo escalado por primera vez en 1993 llamado ´El Séptimo Tentáculo´ y originalmente graduado como WI6+. La reunión tiene dos bolts. Luego, una travesía fácil conduce a un diedro poco evidente en el techo. Aquí, chapas dos pitones ecualizados y también puedes añadir protección si hace falta», comenta Steck sobre el inicio de la vía. Luego cuenta que vienen tres movimientos fuertes con el vacío en la espalda antes de que se pueda volver a poner los pies en el hielo.
«Aquí es donde se vuelve un poco expuesta. A vista, tuve que decidir por qué camino ir. Primero, pensé que podía rodear por la izquierda, pero al final rodeé por la derecha, como en la primera ascensión. Es duro al ser el hielo delgado y los tentáculos extremadamente cortos. Y eso es prácticamente lo que es. Incluso, aunque el crux sea corto, la vía entera es variada e incluye un largo realmente magnífico. No quería fallar el a vista, así que me aferré de mis piolets un poco más fuerte de lo necesario”, agrega el escalador, quien finaliza hablando de su admiración hacia Jeff Lowe, como un escalador que cambió la visión de lo posible. Algo que sin duda está haciendo Steck en la actualidad.
Fuente: Desnivel y Petzl